Entre la madrugada y el Amanecer.

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-Nos casaremos –dijo orgullosa mientras mostraba el anillo en su dedo y esbozaba la sonrisa más brillante que pudo conseguir.

Al mismo tiempo en algún lado de aquel salón lleno de gente feliz por la noticia, un chico se sintió desfallecer, como si pudiera desplomarse en cualquier momento y convertirse en el centro de atención de una mala manera, fue entonces que dio una vista rápida a su alrededor encontrándose con los ojos castaños de quien ahora festejaba su feliz compromiso.

La fiesta siguió por un buen rato más, ajena a su dolor, ajena al tormento interior; los invitados no debían olvidar que aparte de la futura boda estaban allí para celebrar el cumpleaños del novio lo que hacía el ambiente irritantemente celebre, todo era entretención, alguno que otro cayendo por el exceso de alcohol. En pocas horas amanecería y aun había gente festejando pero de manera más íntima, todo en familia y con los amigos más cercanos.

-Iré a tomar un poco de aire, hace demasiado calor aquí dentro ¿Puedes quedarte solo un momento?- pregunto la chica de cabello azabache y vestido floreado, recibiendo un sí como respuesta- No demorare- agrego.

Subió algunos pisos por las escaleras de emergencia ya que no era muy amiga de los ascensores, sintiendo el cansancio del tras noche, el alcohol consumido y todos los preparativos previos al cumpleaños de su novio y el anuncio de su compromiso; abrió una puerta de metal que daba hacia la azotea de aquel edificio.

Al salir pudo divisar a un chico de cabello blanco, con una sudadera en un tono oscuro al cual no pudo distinguir, arropándose en ella mientras fumaba y contemplaba la ciudad.

-No pensé que fumaras... también pensé que te habías ido- dijo llegando a su lado mientras apoyaba sus antebrazos en la baranda - ¿Cuánto tiempo llevas aquí, Gojo?

-No lo sé, unas dos horas al menos- se encogió de hombros- Me había emborrachado un poco, sabes que no bebo y la cerveza se me subió rápido a la cabeza, pero con el frio pegando como bestia aquí arriba y el pastel de cumpleaños que me robe de la fiesta, se me quito el efecto ¿Pensaste que me había ido?

-No creí que te quedarías después de la noticia de la boda –Mordió su labio inferior dando un vistazo a la ciudad y luego lo observa un momento, ve que hay rastro de lágrimas secas en el rostro del peliblanco - Me hubiera gustado decírtelo a solas- confiesa- Pero Naoya quiso decirlo frente a todos y bueno... - se encogió de hombros mientras mostraba las palmas de sus manos.

-No pudiste decir que no y sus deseos son órdenes para ti ¿No? –sonríe melancólico para luego desaparecer esa sonrisa con un pequeño puchero que se convierte en gruesas lagrimas- Es que no entiendo- la mira entonces mientras tiene la cara llena de lágrimas – No te entiendo, pensaba que esto terminaría... que ustedes no durarían.

-Hemos sido novios por dos años, las cosas van bien, nuestra vida está bien, las cosas no podían terminar en otra cosa que no fuera una boda – entonces el peliblanco deja caer un par de lágrimas más, no es capaz de ocultarle a la azabache lo mal que se siente – Gojo, no deberías estar sufriendo- se arriesgó a estirar su delgada mano para limpiar alguna de esas lagrimas- Esto es lo que querías, es lo que tú me pediste ¿Recuerdas?

-Si... -sonríe nuevamente de manera amarga mientras atesora el calor de la mano de la azabache en su rostro y terminar de limpiar sus lágrimas con la maga de la sudadera – Te pedí ser feliz y hacer una vida normal, lo que no te pedí es que te enamoraras, te casaras y te olvidaras de mí.

-Fueron dos años en donde tú te fuiste, donde yo iba conviviendo cada día con un chico que era lindo conmigo, atento, detallista, preocupado y se me fue olvidando cuanto dolía acordarme de ti, tú no querías esto para tu vida, no querías un compromiso y yo te deje ser libre- podía apreciar cuando dolido se encontraba el de ojos claros.

Entre Vendas y Listones. (Serie de One Shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora