Entre mis brazos.

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(POV AOMINE)

La pequeña figura de Tetsu se encontraba demasiado cerca, con el rostro alzado en mi dirección y su mano descansando sobre mi pecho. Traía el cabello levantado en diferentes direcciones, prueba de que acababa de levantarse, y la ropa arrugada por dormir con ella. Bajo sus ojos aún podían apreciarse las ojeras y los párpados se veían algo hinchados por todo lo que había llorado.

—No, descuida, yo andaba distraído —hablé a toda prisa, reparando en la mirada entristecida con la que me observaba.

—Diste un gran salto.

—Si... bueno, andaba pensando en un tal Froy o algo así.

—¿Froy? —parpadeó confuso.

Dejó de observarme para enfocarse en el libro que aún permanecía en el suelo. Inmediatamente sobé mi nuca sin atreverme a romper la cercanía que aún manteníamos. En cierta forma se sentía bien sentir la calidez de su mano sobre mi pecho, era una prueba clara de que no se trataba de una ilusión de mi cerebro. La forma silenciosa con la que se había acercado era demasiado irreal.

Quizás a esto se refería Akashi cuando mencionó lo de las habilidades de Tetsu, tener poca presencia era su rasgo más distintivo, la base de todo su juego. Tenía sentido pensar que esta hubiera disminuido aún más a raíz de todos los cambios.

—No sabía que te interesaba la psicología —comentó el peliceleste regresando su atención hacia mí.

Tragué saliva y desvié la mirada hacia un lado, debatiéndome sobre confesar la verdad o inventar alguna excusa.

—No es que me interese, solo estaba buscando algo —respondí a medias, viendo de reojo como parecía prestarme toda su atención.

—Quizás pueda ayudarte.

Suspiré derrotado sabiendo que era un libro abierto para él

—Quería encontrar algo que me dijera cómo ayudarte —confesé volviendo a observarlo.

La mirada de Tetsu rozó con la sorpresa y pasó rápidamente a una de tristeza que se mezclaba con el dolor. ¿Había dicho algo malo?

—No creo que pueda ayudarte en eso... —susurró bajando la mirada.

—No tienes por qué hacerlo, es mi trabajo encargarme de eso.

—¿Tu trabajo?

—Quiero ayudarte, Tetsu —respondí con decisión, para luego añadir—. Déjanos ayudarte.

Tal y como esperaba, no dejó pasar por alto el plural que acababa de usar. Alzó su mirada esta vez viéndome con cierta suspicacia.

—Todos queremos ayudarte, Akashi, Murasakibara, Kise, hasta Midorima y Satsuki —enumeré con los dedos para asegurarme de no olvidar a nadie.

Por su parte, Tetsu seguía mis acciones con la mirada, pero las emociones que la atravesaban eran tantas que me costaba descifrarlas en su totalidad. No dijo nada, guardó silencio enfrentando sus propios pensamientos hasta que empezaron asomarse las lágrimas.

—Oi, Tetsu, ¿qué sucede? —pregunté preocupado, inclinándome para estar a la altura de su rostro.

Aquel movimiento me obligó a romper el contacto que manteníamos, pero lo compensé posando mis manos sobre sus mejillas intentando secar las lágrimas que las recorrían. Él solo negó con la cabeza de lado a lado, mordiendo su labio inferior.

—Si no me dices que pasa, no puedo ayudar —intenté razonar, pero el resultado solo fue peor. Su cuerpo empezó a temblar como si mis palabras solo lo hubieran herido aún más.

Shadow (Aokuro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora