Capítulo 1:

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"Jaiz, Ruth y aquellos chicos"

Jaiz era una chica que aunque pertenecía al  grupo de los "populares" era diferente, no solía ser mandona ni creída y menos arrogante. Era amable, educada, responsable y sobre todo muy inteligente, por esto estoy más que segura que pertenecía a ese grupo solo porque era amiga desde muy pequeña de la "líder", vivían cerca y como tal se criaron juntas.

Jaiz siempre me miraba y solía vigilarme con la vista, al principio pensé que estaba interesada en mi o buscaba algo más allá, pero luego me di cuenta que me quería de amiga, quería conocerme, ya que nunca se habia sentido cómoda perteneciendo al grupo de Leiza y necesitaba la humildad y tranquilidad que yo le ocasionaba al observarme.

Uno de esos días se acercó a mí, conversamos y nos complementamos bastante bien, realmente era muy simpática y no tenía que ver nada con Leiza. Y entre una conversación y otra, me contó que aunque continuaba en ese grupo y algunas veces se la pasaba bien con ellos, no se sentía bien siendo parte de aquel, también que Leiza le imponía mucho que fuese su mejor amiga y que cree que siempre pensó que lo eran, pero realmente no era así.  Fue pasando el tiempo y Jaiz iba entrando más a mi vida, teníamos nuestro lugar secreto en la escuela para conversar y nos contábamos nuestro día a día cada mañana al llegar a la escuela. Conocimos nuestros gustos tanto musicales como otros más y eran muy comunes, yo adoraba a Ricardo Arjona y a ella la enloquecía Melendi. A mí me gustaban mucho las sudaderas y los pantalones anchos y ella se vestía similar. Amábamos los tenis y zapatillas pero nunca dejábamos atrás unos lindos zapatos altos para ocasiones especiales.

Pues en esos momentos Jaiz se había convertido en mi todo en la escuela, ya era casi como una hermana, compartíamos todo pero no nos podíamos ver diariamente porque vivíamos lejos, así que solo nos veíamos en el aula.

Malas caras, ironía, hipocresía eran todo lo que recibía de Leiza cada vez que me veía con Jaiz y creo que eso era lo que me hacía llegar a casa con una carga espiritual muy cargada. A Leiza le irritaba mucho ver cómo la que pensó por dos años que era su mejor amiga estaba siendo la fiel acompañante de una rarita como yo. Yo no le daba mucha importancia pero hizo comentarios que si me llegaron a molestar.

Les cuento que... Jaiz sí era mi mejor amiga en la escuela, pero como tal no la real por cosas que pasaron luego. Mi mejor amiga real, consejera, casi hermana, se llama Ruth, vivíamos en el mismo vecindario, esta se había mudado hacía unos meses para acá. Y bueno, les haré un breve relato de su historia, como la conocí y como en su momento llegamos a ser mejores amigas.

En esos días en los que solía sentarme en la acera de al frente con mis primas Wanda y Vale "Dos piezas peculiares en esta parte de la historia" que ya después les diré por qué. Noté la presencia de una muchacha parada en el balcón en la acera contraria, es decir, a cuatro o cinco casas de la mía, y rápidamente le hablé a Wanda.

—Ya viste tenemos vecinos nuevos.

—Sí, eso puedo notar, me gustaría hablarle ¿qué crees?.

—Estaría bien, bueno siempre estaría bien conocer gente nueva y socializar —respondí.

Antes de que pudiese seguir Vale se interpuso en la conversación.

—¡Ay no! —exclamó—. Ni la llamen, ni le digan nada. Está que entra y sale del balcón y hasta creo que nos mira con mala cara. —se cruzó de brazos.

—¿De que hablas Vale?. Tú siempre ves cosas donde no son...y si la llamaré y bien, yo y Dash si queremos conocerla —le respondió Wanda.

—Pues bueno.

—Psss, psss si tú misma. —Wanda hizo un leve movimiento de mano, invitándola a que viniese hacia nosotras.

—Ves, ahora se hace la importante, la creída, la recién llegada al barrio.

Otra cicatriz © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora