Ángel de pequeña muerte

Esta pieza lleva un rato guardada, pero quería publicarla. HxH tiene un lugar muy especial en mi corazón, y puedo verla una y otra vez y siempre sentir las mismas emociones

Una pareja que me parece muy interesante es ChrolloxKurapika, y a pesar que pueda ser tóxica, he encontrado fics que logran ese balance de interacciones que logran un cambio entre ellos.

Este es un pequeño one-shot, que es mas un tributo a esta pareja y a la maravillosa obra de Yoshihiro Togashi.

El título se basa en la canción "Angel of Small death & the codeine scene" de Hozier, se adapta a esta pareja.

La imagen es obra de esta talentosa artista: mick347, esta en deviantart

https://www.deviantart.com/mick347

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Libros, sonetos y poemas aseguraban que el ser humano era adaptable.

Los escritos religiosos, incluso, aseveraban lo mismo; diferentes dioses, masculinos y femeninos, describían a los humanos como seres capaces de transformar cualquier situación en una prueba de voluntad para superar y salir de esta con mayor fortaleza que la inicial.

Eso sí, le disgustaba llamarse a sí mismo de esa forma tan insípida, decirse "ser humano", sonaba más como un insulto que un cumplido, una manera despectiva de autodenominarse, casi simulaba desvalorizarse, el término era tan simple, débil, mortal.

Claro, él nunca se había considerado inmortal.

Entonces estaba destinado a aceptar esa desconcertante palabra para identificarse a sí mismo.

«Qué decepcionante».

El vehículo en el que Chrollo viajaba, finalmente arribó a su destino, siendo conducido por un caballero que tenía menos similitud con uno y más con una bestia que podía entender y hablar su idioma. Y que, claro, podía conducir un vehículo motorizado.

Llevaba su mandíbula apoyada sobre el dorso de su mano, observando al conductor en el asiento delantero.

Nada en él llamaba su atención, ni valía la pena perder más segundos observándolo; el sudor en su frente, la camisa desabotonada frente al calor del trabajo, el mal olor en sus ropas por la tarea de llevar todo tipo de pasajeros a través de la ciudad de Yorkshin.

Chrollo sólo era un pasajero más, y si no había en ese vehículo algo o alguien de suficiente valor para utilizar a su posterior beneficio propio, no gastaría un latido en arrebatarle algo que pudiera servirle. Así que depositó un billete en sus manos, agradeció el viaje y se bajó hacia la acera con la vista en alto.

Realmente era un buen hotel.

No era tan opulento para llegar al nivel de la realeza, pero era lo suficientemente exclusivo para necesitar reserva con semanas de antelación, e incluir una noche con una botella de vino y una suite más suntuosa de la que pudo soñar de niño.

Al poner un pie en el hotel recordó que Ciudad Meteoro estaba muy lejos de ahí.

Estaba acostumbrado a la fetidez en el ambiente, al cemento fracturado que nadie le dedicaba la atención para repararlo, a la sangre derramada en un suelo de tierra que cambiaba de color al secarse y pasaban semanas hasta que apareciera un alma que se molestara en limpiarlo.

Recordaba la luz del sol tenue y moribunda luchando por atravesar humos formados por el polvo sobrante de las grandes ciudades que vertían todos sus desechos en la ciudad que por mucho tiempo llamó su único hogar.