Capítulo veintiuno.

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—¡Debí pedirlo en un talle más!

Me giro para ver a Jess luchando para que el cierre de su vestido rosa claro cierre por completo. Suelto una pequeña carcajada mientras me acerco por detrás y mi reflejo se encuentra con la suya en el espejo. Entonces tomo el pequeño objeto y lo subo para que le termine de ajustar la parte del pecho.

Es un vestido sencillo aunque va perfectamente con ella. Lleva encaje en la parte de arriba de la prenda, con escote poco pronunciado y sin mangas, dejando así que su cuello luzca un hermoso collar dorado delicado cayendo contra su piel bronceada.

Está hermosa y creo que ya se lo he dicho más de una vez. Jess tiene la excelente habilidad de hacer que todo le quede bien. Y cuando digo todo, es también pensar en ese pijama de Mickey que tenemos guardado en nuestros cajones de ropa de preparatoria.

Bueno, pues a ella le queda igual de bien y sensual. A mi, por el contrario, no hace ese efecto. Al contrario. Parezco de preescolar.

—Deja de quejarte. Te sienta bien—digo con diversión. Ella acomoda su cabello y me mira.

Frunce el ceño.

—¿Porqué no te has vestido todavía?

Respiro hondo. Lo cierto es que estoy algo nerviosa... No sé como fue que tomé el envión para pedir a Max que viniera conmigo. No es como si fuera realmente una cita, solo... Estamos yendo juntos a un evento. Un evento que en el cual ya estaba invitado y yo, siendo sincera, apenas lo sé.

Pero ahora que ha pasado un día, recaigo en que tal vez fue demasiado apresurado y no sé que hacer.

—Tal vez no tengo muchas ganas de ir—miento.

Alza una ceja, no convencida. Se cruza de brazos.

—Oh, no, jovencita. No hagas eso conmigo. Suéltalo.

Suelto un suspiro tembloroso y me siento en la cama.

—Estoy nerviosa.

—¿Nerviosa?¿De Max?—pregunta incrédula. Asiento, agachando la mirada. Ríe—¿Hablas en serio? El que debería sentirse nervioso es él, no tú.

—¿Porqué?

—Porque una jodida belleza será su cita está noche—dice con una sonrisa. Sacudo la cabeza, siento mis mejillas calentarse y eso no es buen indicio—Ahora levanta el trasero de ahí y ve a vestirte. Tienes un hermoso vestido esperando por ti, nena.

Sonrío de lado mientras sacudo la cabeza. Jess claramente sabe como levantar ánimos. Levanto el cuerpo y con las manos saludándome, encamino hacía la puerta del ropero donde deje colgada la prenda. Los brillos que desprende se mueven al compás mientras voy al cuarto de baño para ponérmelo.

No sé que rayos me sucede. Nunca estuve tan nerviosa por un hombre... Hasta ahora. Trato de mentalizarme que Max no es como los demás. He interactuado con él, trabajo para él, sus amigos se han vuelto los míos de alguna manera y no me siento intimidada a su lado como al principio. Que parecía ser un asqueroso egocéntrico. Me fue demostrando poco a poco que no es así verdaderamente. Sino que es su papel dentro de lo profesional. Él debe mostrarse de esa forma si no quiere ser pisoteado en un mundo tan... Competitivo como el suyo.

DESTINOS ENCONTRADOS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora