A la mañana siguiente el bardo se despertó bastante relajado. Miró a su alrededor y Hanna no se encontraba en esa pieza Se estiró un poco aun estando acostado, tomó un suspiro y se decidió a salir de la cama, tomó un cambio de ropa que ya estaba preparada sobre una silla y cuando abrochaba los últimos botones del chaleco gris, entró la chica.
-Buenos días -saludó Hanna.
-Buenos días -contestó Dane con una sonrisa en el rostro y la chica le devolvió el gesto -¿Dormiste bien?
-Hmm... digamos que sí -con un tono de burla.
-¿Cómo?, ¿Hice algo?
-Roncas bastante jajaja -dijo la chica y salió de la habitación -que linda risa- pensó el bardo. Terminó de amarrar los cintos de sus botas y bajó a la sala. Dara y Osvál ya se encontraban ahí.
-Buenos días Dane.
-Buenos días Chiqui.
-¿Estás listo? -preguntó Osvál.
-¿Para qué? -se intrigó Dane mientras tomaba asiento.
-¿No te lo dijo Hanna?
-Hay varias cosas que no me dice... -dijo dirigiendo una mirada acusatoria a la chica.
-Lo olvidé, ¿sí? - comentó Hanna de mala gana.
-Creí que nunca olvidabas nada -inquirió Osvál.
-Estaba un poco distraída -dijo Hanna con una mirada asesina.
-Tranquila, solo fue un comentario -dijo Osvál alzando un poco los hombros en señal de disculpa -. Dane, ¿Te gustaría cazar una bruja? -el bardo lo miró asombrado.
-¿En serio? -preguntó y Osvál asintió -Por supuesto, ¡cuenten conmigo!
-Perfecto. Saldremos al atardecer -al oír esto Hanna resopló.
-¿Por qué tanta insistencia en salir de noche?
-La mayoría de los monstruos son nocturnos -dijo el bardo y Hanna volvió a mirarlo con molestia.
-Dane tiene razón. Además, los niños desaparecen en la noche, cuando los padres están... ocupados.
-Pues bien -dijo Hanna rindiéndose.
El transcurso del día se hizo un poco largo para Dane, estaba ansioso por buscar a esa bruja, pero la espera no fue tan desagradable. Hanna le pidió a Osvál que le diera clases de esgrima para que se pudiera defender un poco. Aunque Osvál no era un prodigio en la enseñanza, le mostró cómo bloquear golpes y cuando por fin pudo bloquear dos seguidos sin tropezar le enseñó cómo dar un golpe.
El bardo aprendía la teoría con rapidez, pero en la práctica no era un gran maravilla. La sesión de esgrima duró más o menos cuatro horas con un descanso para comer todos juntos un estofado de pavo que Dara había preparado mientras Hanna preparaba su arco y flechas para la cacería.
Cuando los últimos rayos de sol se despedían de la vivienda, volvieron adentro y se asearon, tomaron sus cosas y los cuatro salieron de la casa al ocaso y Osvál los condujo en su carreta.
-Chiqui ¿Por qué no llevas arma?
-Soy curandera, prefiero salvar una vida antes de quitarla, pero eso no significa que no sepa defenderme -le mostró una daga adornada con pequeños rubíes en el mango.
-No la subestimes Dane, es bastante mortífera cuando se lo propone -comentó Osvál guiñándole un ojo.
Siguieron el camino trazado por la tierra que se dirigía al bosque, charlando sobre los oficios de cada uno: Osvál es un médico para animales y en "la vida oculta" es un buen esgrimista, tiene habilidades sobresalientes en el uso de la espada, siempre trata de escuchar la opinión de todos y podría considerarse el líder del grupo. Dara es curandera, ha aprendido mucho de herbolaria, métodos naturales de curación y algunos rituales. Hanna se dedica a la agricultura en el lejano pueblo donde habita, Tofu le ayuda arrando los campos y así poder sembrar en ellos.
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El Bardo
FantasyDane es un bardo que siempre busca inspiración para sus canciones, va de pueblo en pueblo junto a su fiel caballo, Topacio. Tras una serie de sucesos es rescatado por una chica bastante peculiar. Ella lo llevará a un mundo desconocido para cualquier...