Siento que las personas que son sanas en sus relaciones de pareja tienen tanta suerte.
Lo más horrible es cuando tú parte sentimental no sigue tu parte intelectual, puedes saber perfectamente cuál sería la manera correcta de actuar o ni si quiera eso. Sabes cómo querrías actuar y no puedes hacerlo sin fingirlo. Quieres sentirte tranquilo con las decisiones que toma quieres que tu pareja se expanda se divierta sin ti, que sea feliz en todo momento. Sin embargo, tus emociones te golpean y ahí todo empieza:
No puedes controlarte, tu estómago se siente raro, tu mente pasa una y otras vez las mismas frases que sabes que si salen de tu boca harán mucho daño. Quieres que se divierta y a la vez te preguntas por tus propias necesidades como un ser egoísta : yo también quiero divertirme, quiero ser el alma de la fiesta, quiero que la gente no quiera que me vaya, quiero sobretodo que tu no quieras que me vaya.
Quieres eliminar todos esos pensamientos porque sabes que te haces daño a ti mismo porque piensas constantemente que has cambiado, que no eres la persona que eras antes de tener pareja y que te gustaba esa persona segura e impactante en la vida de los demás, te empiezas a preguntar si no será un signo al que tienes que prestarle atención de que estás en una relación tóxica (cómo esta generación le encanta clasificarla) al final te das cuenta que quieres a tu pareja más que a nada y que lo único que querrías es poder super tus necesidades emocionales para poder ver más claramente si se trata si o no de una relación sana... En realidad si puedieras elegir querrías ni si quiera hacerte la pregunta, querrías que tu mente pare de corre por todos lados cuando tú se lo órdenes, quisieras poder sentir seguridad en tu relación como en todos los demás, quisieras no ser una persona pérdida sentimentalmente y detestas esa parte de ti.
Cuando en realidad deberías amarte, amarte al completo y cuando te amas pero en serio, empiezas a cambiar poco a poco lo que te hace daño, lo que tiene que cambiar porque lo haces con amor.
