Vitalia

20 2 51
                                    

Descansando plácidamente sobre un prado verde, estaba contemplando absorto como el cielo comenzaba a teñirse de un violeta pálido. Como el concepto de espacio y tiempo no existiera en este lugar. Alzando un poco mi cabeza, vi un hermoso árbol de magnolias blancas que podría caerse si exhalabas una bocanada de aire. 

Levantándome, caminé a paso lento y a pesar de que solo veía este prado que daba la sensación como que de no acababa nunca, divisé no muy lejos de las enormes raíces del árbol, un enorme lobo negro y blanco que descansaba en este pasto tranquilo. 

No sabía como había llegado ni porque pero, algo me decía que no debía de irrumpir el sueño de este hermoso animal así que, como pude y siendo lo más silencioso que era me moví aunque fue un error ya que de pronto, el lobo abrió sus ojos y al alzar un poco la cabeza y bostezar, me miró atentamente clavando en mi, su amarillenta mirada.

-¿Quien eres? -se me ocurrió preguntar.

El lobo me siguió mirando y examinándome con ojos astutos, se volvió a tumbar pero sin dejar de mirarme como si, pensase que podría hacerle daño. Acercándome con cautela, intenté acariciarle pero al ver que me enseñaba sus colmillos en señal de amenaza, alejé mi mano de ahí pero me senté a una prudente distancia del lobo haciendo que ambos, nunca quitábamos la vista del otro en ningún momento.

---------

Desperté aunque no supe donde estaba metido ya que, realmente no conocía muy bien el lugar. Lo importante de despertar, no es como ni con quien si no de que manera ya que, al abrir los ojos y sentir una extraña fragancia con el sonido de un grifo cerrándose, me di la vuelta y al sentir el lado contrario completamente frío no supe que más pensar ya que, estaba solo en un lugar que no conocía. 

Cerrando los ojos un momento y al escuchar la vibración de un móvil y que la puerta de lo que posiblemente sea el baño, me quise hacer de nuevo el dormido para comprobar, poco después que el que salía del baño era Leo, con el cuerpo goteando agua, el vapor que le acompañaba y con una corta toalla agarrada a la cintura, mi cuerpo entero explotó de miles de colores gamma o tal vez, mi cerebro solo se fundió.

-¿Quién llamará? -dijo sin notar que estaba más que despierto. Miró el móvil y a pesar de ver que tenía un rostro completamente ceñudo, descolgó mientras se sentaba en la cama- ¿Qué quieres? -hubo una pausa y me di cuenta que tenía sus largas orejas y su esponjosa cola fuera- No puedo ir, René. Tengo...Cosas que hacer -escuché que tragaba saliva- Simplemente no puedo. Trabajé contigo durante más de 1 semana sin descanso y creo, como mínimo, merezco una... -hizo otra pausa- Se que tú investigación sobre eso es muy importante -y notando como elevaba la voz, sus orejas lobunas se echaban para atrás y su cola se erizaba, me di cuenta que se estaba enfadando- No pretendo escabullirme de ese trabajo. Se que es importante y sinceramente, no quiero que ningún padre sufra por cabronazo que lo está haciendo-esta pausa se hizo más larga y él estaba inquieto- Escucha, yo...

Pero no pude mantener la farsa de que estaba dormido ya que, sacando uno de mis brazos y abrazando la esponjosa y oscura cola de Leo, se sobresaltó pegando un grave grito. Mirándome, si que se llevaba una mano al pecho notando que estaba en tensión.

-Escucha, te llamo luego que tengo que conducir ahora -pausa algo menos tensa- No. No estoy conduciendo ahora pero lo haré -suspiro- Hasta luego, René -y colgó mientras me miraba- ¿Cuánta conversación has escuchado?

-Todo -me encogí de hombros mientras remoloneaba en la cama- ¿Investigación de nuevo?

-René precisa de mi ayuda de nuevo. Según ella, ha encontrado una pista nueva...

El bibliotecario y el guardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora