Después de... ti (Terminada)

No lo hagas.....

- ¡Majin Boo!

Fue el grito agudo que escucharon venir desde un costado, dejándolos sorprendidos en un instante.

Babidi seguía vivo, no en la mejor forma, ya que solo la mitad de su cuerpo quedaba de él, haciendo aún más sorprendente su sobrevivencia, su ropa estaba desgastada y cubierta de tierra, Dabura el ex rey de los demonios lo llevaba a cuestas, mal herido y lleno de marcas y heridas. Era sorprendente la capacidad del poder de ese mago.

- ¿Por qué esos tipos no están muertos? - cuestionó el mago en tono berrinchudo - matalos Majin Boo, ¡Ahora!

Esos gritos fueron suficientes para reaccionar por fin, el primero fue Piccolo, quien no dudo en actuar ahora. Esa cosa era culpable de todo, de esta destrucción de la muerte de Gohan, eso era lo que más le dolía. Antes de que pudieran hacer algo o detenerlo siquiera un rayo de luz atravesó a Dabura en el pecho casi como le había pasado al joven sayia muerto, el demonio no lo vio venir ya que se derrumbó en el suelo lanzando lejos a su señor en el proceso.

Babidi salió volando varios metros adelante, mientras que los guerreros rodeaban a Dabura para asegurar su muerte y les gritaban a los niños que se quedaran en su lugar, nadie se molesto en ver dónde caía, hasta que aterrizó a los pies de su criatura. ¿Fue una venganza?, ¿O tal vez Majin Boo no se dió cuenta de lo que hacía?, Pero mientras retrocedía un par de pasos sosteniéndose la cabeza a la vez que el vapor comenzaba a salir de su cuerpo, aplastó la cabeza de su amo con uno de sus pies. Babidi no se lo esperaba apenas si pudo gritar mientras pasaba, lo siguiente que pudo verse fue como la sangre y sus sesos salían volando manchando los alrededores. Al fin esa pequeña criatura maligna había muerto, pero causando un terrible mal antes de su partida.

La nube de vapor que salía de Majin Boo cada vez se volvía más y más consistente, casi era como vivir un dejavu. Una vez más una forma humanoide se originó de aquella nube pero en esta ocasión el ki que emanaba de ese nuevo ser era completamente maligno.

Su labia y su carisma habían logrado que un ser que parecía ser apenas un niño dejara el mal camino. Honestamente hablando, desde que vio a ese extraño ser y pudo presenciar su manera de actuar, supo que no era más que un infante con un enorme poder que no sabía manejar, incluso su gran entusiasmo ante el reto de la pelea le recordó un poco a su propia hija a la que quería tanto, pero su niña ya estaba creciendo y se apegaba cada vez más a ese niño que había traído para participar al torneo, incluso antes de eso ella ya se alejaba de él, primero en afán de superarlo, ahora queriendo darle una lección por emocionarse por su gran poder. Se supone que así eran las cosas, los hijos se iban y tal vez fue que al ver a ese gran niño haciendo berrinches que se atrevió a acercarse.

Todo había estado saliendo bien, incluso ya le describía la nueva casa donde iba a vivir, todo iba tan bien hasta que sintió algo que atravesó su pecho tan rápido que no estuvo seguro que debía sentir, ni siquiera había sangre como si la herida hubiera sido cauterizada al entrar y al salir de su pecho, mientras su cuerpo entraba en shock por el inesperado pare de su corazón, él simplemente veía como todo pasaba muy lento a su alrededor mientras caía al suelo.

Majin Boo, había vivido de una sola manera desde que llegó a la vida o al menos desde que tenía memoria de ella. Recibiendo órdenes de todos aquellos que lo despertaban, órdenes, órdenes y más órdenes, todo lo que había aprendido era que si querías algo, ibas por él sin importar a quien lastimaras en el camino. Esos dos tipos extraños eran los primeros en haberle pedido su opinión, además que parecían ser muy fuertes y fue divertido pelear con él que hizo crecer su melena, luego pararon el juego y no le gusto, pero su nuevo amigo había aparecido le había dicho que podía ser un héroe, que todos iban a quererlo que iban a regalarle muchos chocolates, le había dicho que lo iba a cuidar....y ahora alguien lo había herido, estaba furioso.