Capítulo 25. Cáncer

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—Veo que ha cambiado un poco —murmuró Cohen.

—¿Cáncer? —pregunté.

Él asintió.

—Y no poco, príncipe —añadió Kostas—. El reino ha cambiado bastante en los últimos años.

—Bueno... si mi memoria no me falla, ese edificio —apuntó la construcción— estaba del otro lado.

Fascinante.

Ulises no se molestó en esconder su sarcasmo y aproveché para voltearme hacia él.

—Fascinante eres —mencioné—. Cohen y yo ya sospechábamos de tu don.

—¿Por eso el libro abierto en mi escritorio? —preguntó Kostas antes de soltar una carcajada—. Por todos los dioses. —Meneó su cabeza—. De verdad... sus habilidades para esconderse son fatales.

—¿De qué habla, capitán? —preguntó Cohen con la peor actuación del continente.

Ulises sonó confundido en el fondo de la conversación.

—Descubrimos que el brillo en tus ojos sí tenía una explicación —cambié el tema.

—Oh... —soltó el guardia—, claro que descubrieron eso.

Parecía que a Kostas se le saldrían los ojos del rostro.

—Yo nunca vi tal brillo —mencionó.

Ignoré las palabras del capitán y volví con Ulises.

—¿Por qué te convertiste en guardia? —decidí aclarar mis dudas—. ¿Cómo...?

—No lo supe hasta que estuve en la Guardia marítima —dijo él, sin contestar del todo mi pregunta—. Un día durante el entrenamiento nos encontrábamos junto a la costa y... bueno, pueden imaginar lo que pasó.

—Eh... no, dotado —se quejó Cohen—. No me imagino nada.

Un momento de silencio pasó antes de que el guardia suspirara.

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⏰ Última actualización: Nov 04 ⏰

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