Parte Única

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Una mañana, día soleado, pájaros cantando y las copas de los árboles bailando con el viento, ese día una niña abrió los ojos. Ojos azules, cabello rubio y piel blanca.
Tras despertar de su sueño, se levantó de su cama para empezar con su día, peinó su cabello y lo ató en una coleta alta, sosteniendo todo menos su mechón, que cubría levemente su frente. Tras lavarse la cara y limpiar sus dientes, arremangó su camiseta de color blanco y acomodó su falda larga. Tras agarrar una cubeta de agua y cargarla con la misma, con una en cada mano, se dedicó a ir al campo donde su familia se encontraba, eran grandes campos de trigo, papa y remolacha, las vacas estaban en un costado aparte, en un granero al lado del silo donde guardaban las cosechas, junto a los cerdos, gallinas y ovejas.
Ella con cuidado echó el agua en el brebaje de los animales, tras hacerlo unas cuatro veces, se encargó de traer el maíz para darle a las gallinas, el trigo para las vacas y ovejas, y zanahorias para los cerdos.
Tras alimentar a los animales, llegó el momento de arar la tierra, por lo cual ayudando a su padre con la hoz, estuvieron todo el día arando el suelo y sembrando zanahorias, realmente adoraba ayudar en el campo.

Tras terminar el día, se fue a su cama para dormir, pero el movimiento del suelo evitó que pudiera tener el sueño. Actualmente se encontraban en medio de una guerra. Su madre no estaba tranquila con ello, por lo cual temprano en la mañana, tras traer dos animales de cada y semillas, cargó en una barca a su hija y junto a su esposo, zarparon a un nuevo país. En busca de una vida mejor fuera de la guerra, a la edad de diez años no había nada mejor que ayudar a sus padres, eso pensaba. Adelaida Bauer, hija de Adal Bauer y Amalia Bauer, a los diez años en barca decidió buscar una mejor vida con sus padres en otro país.
Tras viajar durante días y mantenerse despierta, hallaron tierra donde empezar. Llegaron a la costa de Japón, donde al llegar fueron recibidos por dos japoneses, cabellos negros y ropas de trabajo. Ambos estaban a la defensiva, la brecha de idiomas era notoria e intentaban a toda costa comunicarse, eran buenos, ¡Eran amables! Trataban de decir, pero aquellos no escuchaban palabras que no comprendían. Costó un poco mostrar que no eran de peligro, pero al hacerlo no fue muy complicado el llevarse bien. Tras intentar comunicarse, ambos los llevaron al centro de la aldea.

Una aldea floral y llena de vida, varios niños en las calles, establos y cultivos de arroz amplios. La vida parecía ser una prospera.
Adelaida tras llegar no pudo evitar caer enamorada de tal pueblo, y tras conocer a su primer amigo, un chico llamado Kimiko, decidió quedarse en el lugar.
Sus padres dieron animales para las granjas, trajeron semillas para plantar y animales de los cuales cuidar, la aldea festejó las nuevas ganancias.
Adelaida y Kimiko se volvieron unidos, amigos para siempre, compartían todo juntos, ella ayudaba en los campos, recogía plantaciones y cuidaba de los animales, y Kimiko ayudaba en la sastrería y minería de la zona. Esos años fueron prósperos para aquel pequeño pueblo.

Hasta que, un alto mando de Japón llegó al pueblo. Shin Suzuki llegó a la aldea y la reclamó como suya. Aquel que se negara a seguir órdenes era expulsado de la aldea, todo animal y cosecha le pertenecía. Eso había sido lo que causó un declive en su prosperidad. Ahora, Adelaida debía elegir, ¿Se quedaba en tal lugar tras perder todo? O ¿Huía a nuevos pueblos para buscar una nueva salida? Quería llorar, ¿Qué hacía? Era imposible el continuar de esta forma. Tenía dos opciones y era incapaz de elegir una, por lo cual no lo hizo, y tal comandante, tras cometer una vida de crímenes, fue revocado de su cargo a los años de haber llegado, y este escapó a otras tierras.
Por fin podía volver a ser como era antes, pensó. La guerra entre Japón y la URSS estalló, y nuevamente debía elegir, ¿Escapaba con sus padres a otro país en busca de poder conseguir paz? O ¿Se quedaba en tal país con sus amigos y gente que quería? No pudo decidir, y eso costó la vida de sus padres.
Adelaida no pudo decidir a tiempo, y el primer día de guerra, unos infiltrados en Japón tomaron las armas y trataron de causar el mayor daño posible, varios pueblerinos murieron, algunos ni siquiera supieron que habían sido traicionados, y a pesar de ello, ¿Por qué sus padres debían ser los que sufrieran de acciones externas? No entendía, quería morir. Kimiko había estado fuera del pueblo, y varias veces fue llamado a reuniones con miembros de clanes y dueños de aldeas, por lo cual Adelaida quería poner su parte también.
Se unió al ejercito de Japón, se fue dada la indumentaria y el entrenamiento necesario para la guerra, quería proteger gente, pero...
La primera batalla se desató y fue un desastre, primero, llegaron en barcos a la costa de Japón, y lo primero que hicieron fue disparar en busca de atrapar a alguien en las balas, tras matar a varios soldados, algunos salieron y atacaron sin piedad, matando a varios en el proceso, y a pesar de que habían intentado parar los ataques, no hubo forma de dejar alguien vivo, todos murieron.

La URSS había perdido esa batalla, pero los japoneses sentían que esta batalla había sido una derrota a pesar de haber ganado. Perdieron a varios hombres y gente de confianza, tenían heridos de gravedad, entre ellos Kimiko y Adelaida, y no podían hacer más que eso, defenderse.
Adelaida tuvo tiempo de recuperarse y mejorar, sus heridas se mejoraron y pudo volver a caminar, Kimiko por su parte dejó el ejercito, no quería pelear, prefería la sastrería antes de perder la vida.
Pero Adelaida siguió adelante. Tras la victoria, se hizo una celebración donde todos aquellos que participaron se alegraban de haber vivido y celebrar una boda que había ocurrido momentos antes de la guerra. Adelaida, ya con dieciséis años de edad tras haber participado en una guerra, se unió a pesar de no ser fan del alcohol, quería distraerse de todo aquel problema. Tampoco iba a beber, un baso de agua le servía, pero... Allí conoció a una persona que realmente le gustó, Masako, un chico de diecisiete años que se encontraba siendo molestado por sus amigos, pues había estado mirando a la chica alemana durante toda la fiesta, y esos se dieron cuenta.
No dudaron en sentarlos juntos, y a pesar de ello ambos se cayeron bien, Adelaida se sentía cómoda y Masako igual, ambos estaban felices de hablar y por fin pudo tener nuevos amigos. Tras la primera batalla, Adelaida quiso mejorar, practicó tiro al blanco y también intentó mejorar con la espada, las armas eran pesadas para poder levantarlas. Tras practicar y hablar con Masako en su tiempo libre, ambos decidieron en comprometerse, no solo por conveniencia, sino que también estaba feliz de poder haberse enamorado. Ambos compartían gustos, adoraban el diseñar y también se llevaban bien, desde el primer momento que se vieron, y varios decían que se veían bien juntos. Masako tenía su clan donde se especializaban en peleas cuerpo a cuerpo, mientras que Adelaida solo tenía su aldea poblada por gente vieja que no quería luchar, por ello simplemente decidió casarse para proteger a sus amigos, y para poder proteger a todo aquel que fuese débil. Pero... La segunda batalla se desató, y esta vez fue una derrota. La falta de tropas y gente sin experiencia causó que perdieran la batalla, y Adelaida no salió ilesa nuevamente, esta vez había sido herida de gravedad, Masako igual y unos cuantos soldados pudieron escapar, fue una derrota aplastante. Y Adelaida no quería seguir así. Tras volver a su pueblo, todo estaba en llamas, la gente había huido, pero muchos había quedado atrapados, los animales habían sido asesinados, los cultivos aplastados y los silos robados, todo estaba en ruinas.

Según Kimiko, varios vinieron a atacar, los más experimentados perecieron y los niños escaparon, Kimiko solo pudo correr, todo se había perdido. Por lo cual, el día de su boda, tras haber sido casados y haber unido sus familias en una, Adelaida decidió una cosa.
Había perdido a su familia, su pueblo y su honor, estaba decidida a morir, había elegido morir. Por ello, como ultimo deseo, le pidió a Masako que muriera con ella.
Este dudó, pero no pudo negarse, tampoco había mucho que hacer para evitar una guerra donde ambos morirían si o si. Por ello, tras subir al castillo más alto, y llegar al techo, sosteniendo la mano de su esposo, saltó junto a este.
En el proceso recordó a su madre, a su padre y su pueblo, como antes de llegar su vida cambió tanto, y como a pesar de todo, había ido para peor. Eso pensaba mientras su cuerpo daba contra el duro concreto del muelle, y su muerte se hacía lenta, mientras Masako daba de espalda contra el agua y caía inconsciente, muriendo ahogado y por la falta de sangre, y ella moría desangrada por haber caído contra el concreto del muelle. Así acababa la vida de ambos, tras haber perdido y esperando que la guerra terminara. Pero que lastima que nunca lo hizo, porque siguió años y años de desgracia, que ambos por suerte no tuvieron que vivir. Ella eligió morir, que vivir en la desgracia de la guerra.

¿A Qué Debo Elegir?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora