Deborah y yo nos pasamos toda la tarde en la cabaña, riendo, hablando de todas nuestras cosas, pero no volvimos a tocar el tema del beso, ella se lo tomó como algo normal y sin importancia así que yo traté de hacer lo mismo, aunque sinceramente no fue nada fácil.
Ya casi estaba oscureciendo cuando decidimos volver a nuestras casas, lo más posible es que mañana o dentro de un par de días nos volviéramos a ver.
—Llegaste—dice David un poco sorprendido.
—David son las ocho de la noche.
—Brina me preocupo por ti, tengo miedo de...
—¿De qué?—lo interrumpo—nada me va a pasar así que tranquilízate.
—Eres mi hermana así que no me pidas que me tranquilice.
—Ay no David te juro que no estoy de ánimo para esto—de veras lo único que quiero es darme una ducha y dormir.
—Brina mírame—lo ignoro—mírame por favor.
—¿Qué?—le hablo molesta.
—Te quiero pequeña—susurra.
—Te amo—digo casi sin fuerzas.
—Brina no hagas esto.
—Lo siento David pero es así.
¿Acaso es muy difícil entender que te amo?
—Mira Brina creo que la mejor persona para ti es un psicólogo
—Estás de broma ¿no?—David estaba muy mal si pensaba que iba a ir a ver a un loquero
—No yo fui y....
—¿Qué tú hiciste qué?
En serio no lo puedo creer.
—Estando en España fui a ver a un psicólogo, el Dr.Petroska, es polaco pero lleva años viviendo allá y me hizo entender muchas cosas, quizás si tú también vas a una consulta de psicología puedas...
—No David no—me altero y lo interrumpo—,no estoy loca.
—No digo eso Brina, a mi las consultas me sirvieron para entender que estaba confundido, mi amor de hermano se fue mezclando con otros sentimientos, y como somos gemelos hubo cierto nivel de intensidad ¿entiendes?—me abraza—por eso debes ir, sería bueno que lo entendieras.
—Te dije que no—lo empujo—,no lo voy a repetir, no tengo que entender nada, el que tiene que entender eres tú, te amo,eres el hombre de mi vida, quizás el loquero ese te ayudó a olvidar, pero yo sigo pensando en todo lo que vivimos—me le acerco—se me eriza la piel en sólo pensar las veces que hicimos el amor juntos.
—No repitas eso—se le escapa una lágrima.
—¿Por qué?—rozo nuestras narices— sabes perfectamente que mamá no está, aquí tenemos la casa para los dos, ¿y sabes qué? Por más que digas que fuiste al psicólogo y que te hizo entender no sé que cosas yo sé que no has podido olvidarme—meto mi mano en sus pantalones— te mueres por mí, me deseas—recorro con mi mano toda la longitud de su miembro —mira como te pones de sensible con tan solo una caricia mía .
—Brina - gime
David no puede reprimir lo que siente, está demasiado excitado.
El sudor en su frente y sus gemidos me confirman que todavía siente todo esto por mí.
—Eso David di mi nombre, saca todo lo que llevas guardando durante tanto tiempo—acelero el movimiento de mi mano—siente lo feliz que eres cuando estamos así—ver su cara de excitación y placer me pone a mil.
—¡Oh por Dios Brina!—se corre en mi mano.
—Ves como sí me extrañabas.
Y sí, me voy, dejándolo ahí completamente agotado y confundido, mientras yo sonrío, satisfecha y saboreando mis dedos, sintiendo su sabor y logrando dormir como nunca antes.
Nota: es verdad necesito ir a confesarme a la iglesia jsjsjs. Ha sido una escena bastante candente. Esa Sabrina cada día me sorprende más y por favor no me culpen a mí.
Gracias mis amores por siempre estar ahí al pie del cañón con esta historia. Los amo infinitamente. Les mando besos psicóticos.🖤
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Psicosis (Primera Parte)
Ficção AdolescenteSabrina Howard es la protagonista de esta historia, o eso creo. Ella necesita entender que todo lo que cree no es así y muchas veces no existe. Totalmente confuso, su cabeza es un cubo de rubik, cuando piensa que algo se ha ordenado por otro se deso...