7. SENTIR

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Lo despertaron unos gritos desgarradores

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Lo despertaron unos gritos desgarradores.

Con el corazón en un puño, se levantó de la cama.

Era Tony, y lanzaba atropellados alaridos desde su habitación.

Fuera lo que fuese que le estuviera atacando, Peter no tenía el traje de Spider-Man consigo (May le había insistido en que lo metiera en la maleta, pero no le hizo caso), aunque eso no fue impedimento para salir de la habitación y abrir la contigua con intenciones de defender al mayor de lo que fuese.

Sin embargo, lo que encontró al entrar distaba mucho de lo que hubiese esperado.

La habitación estaba a oscuras, salvo por la luz blanca de la luna llena que se colaba a través de la cristalera, e iluminaba con claroscuros la silueta de Tony, que gritaba, lloriqueaba y se revolvía en la cama.

—¡No me hagas esto!—sollozaba, agarrándose al cubre colchón—. ¡No me dejes! ¡Te estás equivocando! ¡Steve, no!

El muchacho se quedó unos segundos parado, dubitativo.

Es una pesadilla. No corre peligro real

Le daba bastante apuro intervenir.
¿Cómo reaccionaría Tony? ¿Debía, simplemente, dejarlo estar?

No seas ruin, Peter. Tony está sufriendo. Tienes que sacarle de esta pesadilla ahora mismo

Finalmente, se acercó a la cama y colocó sus manos sobre los hombros del mayor, zarandeándolo ligeramente.

—Señor Stark...

—¡Por favor, Steve...!

—Señor Stark, despierte. Es una pesadilla.

Los brazos del mayor le agarraron por sorpresa, aún dentro del sueño, y tiraron de él. Peter cayó encima de su cuerpo, sobre la cama, mientras notaba cómo el mayor se aferraba a él con fiereza.

—¡Quédate conmigo, Steve!

—Señor Stark... soy...—Intentó coger aire, ya que el agarre le oprimía la caja torácica—...soy Peter.

La fuerza menguó entonces. Tras varios segundos, durante los cuales dejaron de escucharse gritos y sollozos, Peter notó cómo le apartaba lentamente, y se encontró con el rostro en semi penumbra de Stark, aún embotado por las lágrimas.

Si la vergüenza tenía una forma, sin duda era la de su expresión en aquellos instantes.

—Mierda.

Lo separó más, con algo más de fuerza, y se incorporó en la cama, quedándose sentado y secándose las lágrimas con las manos.

—Mierda... Joder...

—Señor Stark—Peter se sentó a su lado—. No pasa nada. Estaba teniendo una pesadilla.

—Parecía real. Era jodidamente real...

TÓXICOS (Starker)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora