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No era un secreto que siempre tenía las emociones a flor de piel, no era alguien que no se le viera en la cara cunado algo le gustaba o cuando algo le parecía mal, pero esa mañana, parecía que todo estaba por sobre lo normal. 

A través de la ventana podía apreciar la nieve caer sobre el árbol de su casa. Había dejado el campus de la Universidad hace ya un mes, con seis meses de embarazo todo el mundo a su alrededor parecía estar demasiado atento a su persona, y había comenzado a ser molesto tener que soportar las infinitas llamadas de su madre, pero peor había sido cuando Kaoru había comenzado a hacerlo también. No podía mentir y decir que le parecía un fastidio el que Reki pudiese seguir asistiendo como si nada mientras él había tenido que dejar de asistir incluso antes de que le fuera notificado por su medico. 

Con cuidado se puso de pie, y observó en el espejo, cada mañana lo hacia, levantaba su pijama y acariciaba su vientre ya ligeramente abultado. 

Al comienzo había sido complicado de asimilar, aquel viaje de verano a la playa simplemente había sido para relajarse y olvidar el estrés de los últimos exámenes del año, pero el celo de Reki había llegado, y él no estaba cuidándose con ningún tipo de pastilla para impedir embarazos. 

Reki lo había tomado de las caderas con una fuerza que nunca antes había demostrado, siquiera cuando le había enseñado a patinar. El calor de su cuerpo sobresalía por las prendas de ropa, y sus feromonas eran tan intensas que a Langa le costaba respirar con normalidad. 

" Puedo ayudarte, Reki... no tienes que preocuparte por mi."

"Puedo contenerme..."

"Voy a ayudarte."

Antes de que Reki pudiese regresar a decir nada, unió sus labios con los del alfa, abrazándose a su cuello con fuerza. El modo en que las feromonas del pelirrojo reaccionaban por el beso, le hacía saber que estaba haciendo lo correcto en ese momento.

Dejó de mirar su reflejo, no tenía que recordar cosas de ese tipo cuando Reki no estaba cerca. 

Últimamente lo veía menos de lo que le gustaría, como estaba en el último periodo del semestre, venía un día de la semana, y luego a pasar el fin de semana en casa. Su relación se había fortalecido, pero no eran novios. Langa no buscaba eso directamente, a pesar de aceptar que tenía sentimientos por su amigo, no quería que este se viera obligado a responderle por estar esperando un hijo suyo. 

¿Alguna vez lo iba a querer por simplemente ser Langa? no estaba seguro de ello. 

Sabía que haber quedado embarazado tan joven iba a ser un tema, tenía sólo veintiún años después de todo. No podía pretender que Reki quisiera marcarlo, ni que las cosas fueran de un modo fluido y maduro, a veces tenían esa clase de peleas que eran estúpidas, otras veces se comportaban como una pareja real, y en algunos momentos solían ser los amigos de siempre... pero su corazón seguía sintiéndose igual de acelerado cuando veía fijo al pelirrojo. 

"No tienes buena cara el día de hoy" comentó su madre al verlo aparecer en el primer piso. Langa simplemente alzó sus hombros y llevó sus manos hacia su cabello para poder hacer un moño medio tomar, dejando su rostro descubierto. 

"Es el frío...

En su interior algo se removía incómodo, eran las diez de la mañana y él ya estaba deseando que poder llamar a Reki para escuchar su voz, pero este debía de estar en clases, no quería ser una molestia. 

"¿Seguro que es sólo eso? Si quieres puedo llamar al medico..."

Ese era el problema con su mamá, entendía que estuviese preocupada, pero comenzaba a ser insoportable el que siempre estuviese intentando ver más allá, la sobreprotección era molesta, y demasiado abrumadora, se sentía más inútil que nunca. Y solo, demasiado solo. Siquiera notó cuando las lágrimas comenzaron a bajar por su rostro de un modo violento, lo que causó que su mamá guardara silencio. 

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⏰ Última actualización: Mar 21, 2021 ⏰

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