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Jungkook abrió los ojos encontrando una hermosa vista: Taehyung fruncía ligeramente el ceño mientras sus labios formaban un bello puchero, su cabello rubio yacía despeinado sobre su frente, y además abrazaba fuertemente a Jeon como si de un peluche se tratara, ante esto el azabache no pudo evitar sonreír y plantar un beso en la frente del mayor. Definitivamente el efecto Taehyung recaía completamente sobre él.

Giró su cabeza para mirar la hora en el pequeño reloj digital de color verde que estaba sobre su mesita de noche, recordaba las palabras de Kim; ''Papá es puntual para todo'', ''Mañana abrimos la clínica a las nueve'', así que al notar que aún eran las siete en punto se relajó y colocó una alarma a las ocho, tendría una hora más para dormir abrazando al ahora dueño de su corazón.

...

El tiempo pasó tan rápido como si de agua regándose se tratase, así que la alarma se dispuso a cumplir con su labor, despertando a nuestros dos protagonistas.

—¿Qué hora es?— Fue lo primero que salió de la boca del preocupado mayor, que aún permanecía abrazado a Jeon.

—Tranquilo, Taehyungie, recién son las ocho en punto.— Murmuró el otro dando parsimoniosas caricias en el cabello ajeno.— Entra a ducharte y escoge lo que quieras de mi clóset, iré a prepararnos algo para desayunar.— Musitó el azabache dando un beso sobre la frente del rubio y se levantó para disponerse a buscar su ropa, darse un rápido baño para ulteriormente salir  de la habitación rumbo a la cocina. Kim casi vio todo ocurrir en cámara rápida. Su estómago estaba sufriendo los estragos de aquellas que en lugar de mariposas parecían una colmena de abejas alboratadas, y es que se supone que aún eran solo amigos ¡y ya actuaban de esa manera! Pero no era hora de pensar en eso, debía ser rápido si quería tener tiempo para probar lo que Jungkook cocinara para él, así que hizo lo indicado por el azabache y en menos de veinte minutos bajó con la energía que no había tenido desde hace años.

—Buenos días otra vez, Tae.— Dijo el azabache con una sonrisa. Este ya se encontraba sentado con un plato de hot cakes frente a él y otro a un lado suyo.— Que bien te queda mi ropa.— Halagó sin borrar su gesto y admirando la belleza del mayor agregó.— Por tu  ropa no te preocupes, te la llevaré a la clínica antes de que cierren.

—Buenos días, Kook.— Respondió el mayor con una sonrisa rectangular y un bello sonrojo decorando sus mejillas. Se sentó a un lado del contrario.— Realmente te lo agradecería.— Y bajando la mirada se topó con su desayuno.—¿Hot cakes? ¿No te parece algo cliché, mi querido Jungkookie?— Bromeó con una risa.

—Mucho, pero dígamos que mis dotes culinarios no son lo mejor, aún así, ¿no vale la pena un poco de cliché sólo para crear hermosos recuerdos, juntos?— Cuestionó con una ceja alzada y una sonrisa.

—Vale absolutamente toda la pena.— Aseguró el rubio con una sonrisa.— ¿La señora Jeon y la pequeña Somi no nos acompañan ahora?— Dijo mientras se llevaba un trozo de hot cake a la boca. Jungkook imitó su acción y respondió.

—Normalmente los sábados dormimos hasta tarde, porque ni Somi ni yo tenemos clase y mamá no trabaja, así que ahora deben seguir dormidas. Pero yo realmente quiero acompañarte hoy a la clínica, por eso he despertado temprano.— Musitó con ese bonito gesto que se hacía cada vez más cotidiano entre ellos.

—Realmente lo agradezco, Kookie.- Murmuró agradecido y se dispusieron a terminar su vianda para posteriormente lavar sus dientes y salir rumbo a la clínica.

—¡Espera!— Exclamó el azabache, logrando que Kim se detuviera expectante a lo que diría, pero todo pronóstico del rubio se vio olvidado al notar que el más alto entrelazaba ambas manos enguantadas y comenzaba a caminar.— Ahora sí, vayamos.— Pidió con una brillante sonrisa.

...

Jimin, desde que ambos se encontraban dentro de la clínica no había parado de observar a Taehyung con una sonrisa pícara, pues él había sido testigo de como los dos enamorados  llegaban con las manos entrelazadas, y al llegar literalmente a la puerta Jeon le dijo ''Bueno Taehyungie, pasaré a dejarte tu ropa en la tarde, ten un excelente día en el trabajo, bonito.'' para ulteriormente dejar un beso sobre su cabeza, hacer una reverencia hacía el asombrado pelirosa y retirarse tranquilamente, dejando a un sonrojado Kim y a un divertido Park.

Taehyung no sabía como sentirse exactamente , pues era cosa de que durante esas seis horas de puras citas y exámenes visuales Jimin tocaba a su puerta para informarle de las nuevas consultas que agendaban y sonriendo pícaramente y  con una graciosa mueca se retiraba cerrando la puerta lentamente. ¡Quería matarlo por burlarse de él, pero a la vez estallar a carcajadas por las ocurrencias del mayor!

Al término de su jornada Kim y Park se encontraban colocando ambas batas blancas sobre el perchero en el consultorio del rubio. Bromeaban acerca de la escena más icónica de la mañana cuando el sonido de la puerta abriéndose llamó la atención de ambos, así que salieron dispuestos a proponer amablemente a quien se encontrara afuera que podía agendar una cita para el día siguiente, pues su jornada había finalizado, pero su sorpresa fue enorme cuando hallaron un par de rostros conocidos; Jungkook y Yoongi tenían bolsas de comida en las manos y les esperaban con una sonrisa sobre sus blanquecinos rostros.

—¡Yoonie!— Jimin fue el primero en reaccionar, corriendo a saltar sobre su novio y enredando sus piernas alrededor de la cintura de éste, llenando su rostro de besitos.

Taehyung y Jeon sólo se miraban con sonrisas de boyantes sentimientos, dejando al otro par ser en su mundo y entrando al suyo propio.

—Tehyungie.- Saludó el azabache calmado.— Aquí está tu ropa.— Dijo extendiendo una bolsa blanca que de inmediato fue tomada por el mayor.— Yoongi-hyung y yo nos pusimos de acuerdo para venir a traerles rica comida, seguramente fue un día algo estresante, ¿no es así?— Musitó Jeon acercándose al rubio, que no dudó en darle un abrazo y hundir su cara en el hueco que se formaba entre el cuello y cabeza del contrario.

—Ahora que has venido a verme mi día no podía estar mejor.— Murmuró el mayor en un tono que solo fue escuchado por el más alto, aún sin soltarse del agarre, agregó.— Déjame ir por mi mochila y nos vamos todos juntos a comer a mi departamento, ¿qué les parece chicos?— Mencionó esta vez en una voz audible para todos.

Todos estuvieron de acuerdo, y yendo en autobús llegaron hasta el departamento de Kim, quien no podía estar más contento por toda la felicidad que se respiraba en esos instantes, la cual se mezclaba con el delicioso olor de la comida.







What about the glasses? - KookTae ♡︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora