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¿Amenazas?

¿Por qué no contestaste? ¿Te has acobardado ahora? Vaya que tienes efecto retardado. Pero ahora te exijo una respuesta.
Si no, créeme que te encontraré por las malas y eso no te gustará nada imbecil.

Atte. Alguien que te explotará la cara cuando te vea.

El sobre se quedó en aquél clóset abandonado por dos días sin ser tomado.

¿Que le pasaba al anónimo? ¿Dónde estaba? ¿Que había sido de él? Antes hacía acto de presencia diariamente, pero ahora habían pasado ya días desde que no recibía una de sus típicas notas. ¿Le había pasado algo? Y si... ¿Y si ya se había vengado durante la "lanzada de comida"?

Ya no sabía que pasaba a su alrededor y el anónimo era él único que le podía confirmar que seguía siendo el mismo Bakugō Katsuki de siempre, sin embargo, él también había desaparecido. Después de aquel día, los profesores hicieron una reunión con toda la escuela reprendiendolos en general por haber actuado así, ya que supuestamente estaban ahí para ser héroes.

Meirara recibió un castigo por herir a sus compañeros, había sido suspendida un día. Y después de eso, ya no le había vuelto a dirigir la mirada o la palabra a Bakugō. Pero justo ahora, ella le importaba un poco menos, su atención estaba en el anónimo desaparecido.

—Tch...— chasqueo su lengua frustrado y rompió su lápiz sin piedad, captando la atención de los que se sentaban cerca suyo.

Desde ese día, Bakugō no era el mismo. Era callado y solo veía con odio a todos pero no les gritaba ni insultaba, estaba evitando a sus amigos aunque ellos lo habían buscado preocupados al enterarse lo que pasó apenas ellos se marcharon con Kaminari lastimado. Lo habían perdonado por el accidente, de hecho ellos no le tomaron tanta importancia después a diferencia de como el rubio lo estaba haciendo.

Ya no aguantaba, tenía que comunicarse con el extraño.

Se levantó, y aprovechando que Aizawa Sensei no estaba en el aula por el momento, escribió en la pizarra un mensaje para su estimado y raro acosador.

"O respondes o te rompo la cara cuando te encuentre."

Todos vieron asustados y sorprendidos el mensaje. ¿Ahora que planeaba el raro Bakugō? Solo una persona lo captó, y  sintió una extraña emoción resurgir en su pecho.

Desde ese suceso había evitado a toda costa a Katsuki, y a él parecía valerle comino la chica. Y entonces se dió cuenta de que Mr. Anónimo tenía que regresar. Quizá Bakugō la necesitaba bajo su otra identidad, quizá estaba pidiendo ayuda, quizá estaba esperando la respuesta pendiente.

Ella se metió en esto, y lo acepto de buena manera para su propia sorpresa.

Una sonrisa ladina de triunfo y orgullo se dibujo en su rostro mientras apoyaba su mentón en sus manos entrelazadas mientras veía el pizarrón.

—Con que me extrañas ¿eh? Jaja...— enfoco su vista ahora al rubio que se sentaba de mala gana en su asiento —Yo también lo hago.— Murmuró frustrada para ella mientras se le hacía imposible apartar sus ojos de él que solo jugaba inquieto con su pluma.

— Murmuró frustrada para ella mientras se le hacía imposible apartar sus ojos de él que solo jugaba inquieto con su pluma

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Notas a un querido idiota [Bakugō Katsuki] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora