Capítulo 6

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No pasó nada, de eso estaba seguro y, a pesar de ello, encontraba incomodo tener que dar la cara a Ryo, como si hubiera hecho algo malo. Dio los buenos días en general, luego, entre parpadeos y malestar, pasó la vista por la habitación hasta que encontró la puerta del baño y se dirigió a él. Estaba mareado, tenía la boca pastosa y estaba seguro de que apestaba alcohol. Edo agarró un poco de pasta de dientes y se refrescó la cara, esperaba que Ryo se fuera pronto.

Unos segundos después escuchó voces venir de la habitación. Se preguntó si estaría cuestionando a Asuka sobre lo que ocurrió en la noche, resignado, lanzó un suspiro antes de salir, listo para tener que explicar lo que fuera. Los encontró sentados en el sofá, Ryo miraba al piso, como si estuviera incomodo, mientras Asuka a su lado parloteaba en voz baja y gesticulaba de forma exagerada. Edo nunca la había visto comportarse de esa forma así que se sintió algo sorprendido.

- ¿Tenjouin? -preguntó algo incrédulo.

-Dime, querido Edo.- el aludido sonrió como respuesta, haciendo el mareo a un lado.

Ryo los miró con el ceño fruncido y luego pasó su mirada sobre las botellas a lado del sofá.

-Fue una gran cita. – dijo en tono seco.

-Claro, fue conmigo- respondió Edo con un encogimiento de hombros, intentando sonar despreocupado, buscando sus cosas con la mirada para irse a su habitación. Necesitaba una ducha, algo de comida y quizá un poco más de sueño.

Asuka rio y se puso de píe, hasta ese momento notó que ella ya estaba arreglada con un vestido playero.

-Bajaré a desayunar. Puedes quedarte cuanto quieras- le dijo a Edo- pero yo muero de hambre- luego se dirigió al mayor- Deberías acompañarlo, Ryo.

-Si tanto te preocupa, ¿no deberías cuidarlo tú?

Asuka resopló y luego le dio unas palmaditas en el pecho.

-No te preocupes. Sabes que nunca ligaría con... Sabes que nunca te rompería el corazón. ¡Nos vemos!

Entonces salió de la habitación. "Incómodo", pensó Edo. Recogió su chaqueta y algo tambaleante, intentó ponerse los zapatos. Luego de algunos intentos de sus manos temblorosas, Ryo se acercó a ayudarle con ellos. Ninguno dijo nada hasta que Ryo le tendió la mano para que se levantara, Edo la tomó por instinto y estaba seguro de que se había sonrojado. Dejaron la habitación de Asuka, entonces comenzaron a andar en silencio hasta la habitación del menor. Edo creyó que Ryo daría media vuelta y que se marcharía molesto, pero en vez de ello, entró y destendió las sábanas e hizo un gesto para que Edo se metiera en ellas.

-Preferiría tomar una ducha.

-Te ayudará con las náuseas- le respondió con voz grave y volvió a señalar a la cama.

-Cómo sea.

Se metió en las cobijas y está seguro de que lo último que escuchó fue "...obstinado como siempre".

Cuando despertó encontró en su cómoda aspirinas, suero y una nota que le decía que cuando se sintiera mejor, lo veía en su habitación.

Edo sonrió, estaba nervioso.

No es que se tratara de una cita ni mucho menos. Sin embargo, Ryo había sido atento con él. "Eres amable con los amigos", pensó, pero Asuka había bajado simplemente a desayunar, Ryo pudo hacer lo mismo, pero no lo hizo. Edo recordó la conversación de la noche anterior con Asuka. Tal vez, sólo tal vez, las cosas no eran tan malas como él pensaba.

Se dedicó su tiempo en tomarse un baño con lavanda, esperando que fuera suficiente para alejar el olor del alcohol y para tranquilizarlo. Se arregló, tomó su mazo y cuando se sintió mejor se dirigió a la habitación del mayor.

Edo sabía más de duelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora