Es como si nos conociéramos de toda la vida, como si tu forma de pensar y la mía hubieran estado conectadas en algún momento. Como si nuestros corazones latieran en la misma frecuencia y como si la distancia que nos separa fuera inexistente cada vez que escucho tu voz al teléfono. ¿Aún no puedes verlo? Sé que toma tiempo descubrir y entender nuestros sentimientos. Además, ahí lo tienes a él... cielos. Si tan solo no estuvieras al otro lado del mundo. Desearía que de alguna manera, ocurriera algo que me conectara contigo, una estrella, un ave, una delicada ráfaga de viento que logre cruzar el océano para acariciar tu pelo, tal como yo deseo hacerlo en este momento.
No creí que esto fuera posible, cada vez que escuchaba historias así, me parecían tan tontas. ¿Quién podría amar a una desconocida? El problema es que tú, Zoe Orimoto, te has convertido sin aviso previo en la persona que mejor me conoce y a quien quiero conocer de manera mucho más profunda. Tu forma de pensar me inquieta al punto de hacerme desear saberlo todo de ti. Tus textos se han convertido en mi nuevo periódico, no hay día que comience bien sin tus simples pero honestos "buenos días".
Shinya: Takuya... ¿qué te pasa?
Takuya: ¿De qué hablas? (contesté sonriendo ampliamente mientras leía el último mensaje recibido).
Shinya: ¿Por qué tienes esa cara? ¿Estás enfermo?
Takuya: ¿eeeh? ¡Estoy bien! ¡No me pasa nada! (repliqué desconcertado).
Shinya: Oh, ahora te ves como siempre, hermano.
Takuya: ¿Sabes? a veces me haces querer golpearte Shinya. Date prisa o llegarás tarde a la escuela.
Cielos, mi hermanito siempre debe estar molestando ¿no?... ¿Qué cara tenía? ¿Acaso yo estaba...? jajajaja no puede ser. Sentí mi estómago revolver y algo de calor en mi cara de sólo pensar que tal vez esta chica me agrada más de lo que me gustaría. Nada de esto estaría pasando si no nos hubieran dado esa ridícula tarea.
-Unos meses atrás-
Hace un par de años, nuestra escuela se hizo parte de una red en la que participan escuelas de varios países para un programa en el que los alumnos le escriben cartas a otros sin tener idea de quienes son. La escuela que nos tocó para hacer el intercambio es de Italia. Espero que sea un chico al que le guste el fútbol tanto como a mí, de esa forma nos llevaremos bien y siempre tendremos de qué conversar, además en Italia hay muy buenos equipos.
Sussie: Takuya, ¿puedo sentarme contigo?
Takuya: Claro, Sussie. ¿a quién te tocó escribirle?
Sussie: Se llama Paolo. Un nombre muy italiano (se sienta junto a mí).
Takuya: Este se llama Zoe... No sé si es hombre o mujer pero no suena muy italiano, ¿verdad?
Sussie: Es de mujer, tonto. Pero es cierto, no suena a italiano. No importa realmente. Hoy en día todos llevan nombres de cualquier parte del mundo.
Takuya: Es cierto. Sussan no es muy japonés.
Sussie: Es porque mis padres son de Estados Unidos.
Takuya: Oh, no lo sabía... bien, a hacer la tarea... ¿Qué rayos le voy a escribir a una chica que no conozco? ¿De qué hablan ustedes las chicas?
Sussie: De ponis y príncipes azules.
Takuya: ¿En serio?
Sussie: Por supuesto que no, Takuya. Primero debes presentarte, está escrito en el pizarrón (indica con su mano). Y luego te despides "esperando saber más sobre ella". Claro, como si en serio importara.
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A través de la distancia
Dla nastolatkówTakuya, un adolescente japonés de 16 años, vivía una vida común hasta que gracias a un proyecto escolar se hace amigo virtual de una chica italiana que vive al otro lado del mundo.