Único.

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Era martes y la estruendosa lluvia no paraba, se acurrucó en su cama no queriendo despegarse de esta, pero tenía que ir a clases. Gojo les había dicho que por la lluvia corría la clase a las diez de la mañana, por lo que con toda la pereza del mundo se puso de pie, sintiendo como toda su piel se crispaba por el frio de la habitación. Se dio una ducha rápida y se puso su uniforme, limpio sus gafas y con una mueca se las colocó, y mientras iba camino al salón se hizo su coleta.

—¡Maki, al fin llegas! —le habló Gojo con su característica buena energía cuando cruzó la puerta. En el salón ya estaban sus demás amigos, ¿qué horas serían?

Le restó importancia, probablemente era la primera vez que llegaba tarde.

—Maki—le saludo Panda con la pata.

—Buenos días, Maki-san—saludó Yuuta con una sonrisa.

—Tsuna tsuna.

Maki les devolvió el saludo a todos y se sentó en la misma mesa de siempre, esperando que este día fuera tranquilo.

—Buenas noticias—hablo Gojo aplaudiendo, sus alumnos le prestaron atención—. Hoy no hay ninguna misión para ustedes—ellos sonrieron ante esto—. Por lo que iremos a entrenar—dijo divertido viendo como en las caras de sus alumnos aparecían muecas, y bueno, Maki lo miraba con un evidente desagrado.

Llegaron a ese pequeño pasillo con máquinas expendedoras, los cuatro amigos se miraron entre ellos, no muy seguros de dar los pasos hacia la torrencial lluvia.

—Vamos, vamos, muévanse—los animo Gojo mientras los esperaba ya parado donde se podría estar mojando, sino fuera por su infinito activado.

—Eso es injusto sensei—habló Panda siendo el primero en dar el paso para mojarse.

Maki soltó una carcajada cuando la lluvia empapó a Panda, parecía un perro mojado.

—Te ves genial Panda—comentó ella con una sonrisa burlesca.

—Ja ja—Panda se cruzó de brazos.

Toge avanzó hacia Panda y levantó uno de los grandes brazos de su amigo y lo puso sobre su cabeza, evitando mojarse.

—Sujiko metaiko—sonrió victorioso al ver que su plan funcionaba, Panda no movió su brazo y sonrió hacia Maki.

—¡Eso es injusto! —reclamó ella con una mirada filosa.

—Vamos, Maki-san, no esta tan mal—comentó Yuuta mientras la lluvia hacía su trabajo en él.

Maki bufo.

—Vayan calentando—les hablo Gojo a los chicos. Ellos se alejaron un poco para seguir las ordenes de su sensei.

Maki movió su arma entre sus manos mientras avanzaba al borde del techo que la cubría, observó la lluvia y llevó su mano libre a sus gafas.

—¿Qué haces? —preguntó Gojo en un tono inusualmente serio al ver a Maki quitarse las gafas.

—Mmm ¿quitándome las gafas? —respondió con un toque de ironía.

—¿Por qué?

—No las necesito y van a estorbarme visualmente—respondió extrañada por las preguntas que le estaba haciendo.

—No te las quites—le dijo Gojo metiendo sus manos en sus bolsillos y mirando hacia el cielo gris.

—¿Ah? ¿Por...

—Porque no puedes ver maldiciones, Maki—le cortó él a mitad de frase, ella frunció un poco el ceño. Tenía más que claro que no podía verlas—. Usa las gafas porque también tendrás que hacerlo cuando este lloviendo y tengas que exorcizar.

Lluvia |♡| YuuMakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora