"Siempre la dama de honor, nunca la novia. La que siempre escucha y está para todos, pero nadie la escucha ni está para ella." Eso es lo que sos, y lo que siempre te va a pasar.-
Aquella frase, dicha con cizaña, solo para herirla, no podía ser más certera.
Su suerte en el amor, en la amistad, y en la vida misma, no hacían más que reafirmarla.
Todos los chicos la buscaban porque es "atractiva", pero a la hora de la verdad, siempre hay un defecto, una cualidad que, en ella, queda mal. Siempre rechazada por su forma de ser, por el típico "sos distinta", o el "ahora no quiero una relación", y después de un tiempo, verlos súper enamorados de otra, con quién forman pareja, familia y una vida. Y ella, siempre con ilusiones rotas, pensando, "¿qué es lo que tengo de malo?". Y no es que sea enamoradiza, porque trata de evitarlo, pero insisten tanto, le buscan la vuelta, cómo tratando de engancharla, y una vez que lo logran, simplemente se marchan.
"Amigos", que "la quieren", pero nunca la aceptan como son, por ser "directa, diferente, sin filtros". Que cuando las cosas están bien, siempre están, pero cuando las papas queman, desaparecen.
Y a está altura uno pensara: "bueno, al menos cuenta con su familia", pues no. Traicionada por ambos, sin alguien que la escuche, sin sentirse apoyada o contenida.
Sola, sin rumbo, y sin encajar.
¿Que es lo que hice mal?
Y si, con mil defectos: dormilona, paja, contestadora, frontal y sin filtros. Pero si puedo aceptar a los demás con sus desperfectos, ¿porque ellos no pueden aceptarme a mí? ¿Porqué siempre soy quién tiene que cambiar?
Y así, de tanto llorar, no quedan lágrimas, de tantas decepciones, ya no hay nada que sorprenda. Solo resignación, a llegar a casa y que nadie la espere, a que nadie se pregunte si llegó bien, si comió o como le fue.
Insegura, desilusionada, rota; y la sigue remando, porque no queda de otra.
Cada día buscando un motivo por el cual luchar, y aunque siente que ya se le acaban las opciones, sigue, esperando algún día, cumplir sus sueños, así nadie la espere, así nadie la vea. Porque a final de cuentas, se tiene a ella misma, y se va a arreglar, a remendar el corazón y coserse las heridas...
Al final del día, solo estamos nosotros. Ojalá eso sea suficiente para, a pesar del dolor, amarnos más y seguir luchando...
