13 - La Enfermera y Un Doloroso "Adios"

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«Usted esta entrando a Londres» decía un pequeño cartel ubicado a pocos kilómetros de la estación King's Cross.

Dentro del vagón, todos esperábamos ansiosos la posibilidad de pasar una semana más con nuestros seres queridos antes de partir rumbo al campo de batalla en el noreste de Francia. Esa idea no le agradó mucho al parlamento británico a pesar de que la orden provenía del mismísimo primer ministro.

Clifford y Geoffrey estaban dormidos con las cabezas apoyadas en el alféizar de la ventana.

Roy se encontraba leyendo un libro. Pero no cualquier libro, era uno de química. No era el único libro que poseía de aquella materia. Anteriormente, él había leído mas de trece libros de química y cinco de física. Era simplemente su pasión. Se pasaba horas estudiando la tabla periódica. Como no podía memorizar los elementos en su orden original, Roy los ordenaba por orden alfabético para recordarlas más fácilmente. Su su idea funcionó y pudo memorizarlos todos. Era obvio, que su coeficiente intelectual era superior al de Cliff, Geoff y al mio.

¿Otro libro de química? - pregunte - los leíste en Laurene's Airfield.

Son libros muy buenos - dijo Roy.

Nos iremos rumbo a una guerra. ¿de que te servirán esos libros allí? - dije.

No creo que tu puedas matar alemanes con un violín apoyado en tu clavícula - respondió sarcásticamente.

Al menos el violín es relajante - le dije.

La música es un pasatiempo, no una profesión - respondió mientras hojeaba el gordo libro de 500 paginas.

No respondí por que él lo dijo en broma. El único que lo decía en serio era mi padre.

Llegamos a King's Cross. Roy y yo tuvimos que despertar a Clifford y Geoffrey ya que se encontraban profundamente dormidos.

Eran las dos de la tarde de un domingo.

Bajamos del vagón. Pero la estación no estaba como de costumbre. Uno la imaginaria llena de gente, un lugar por donde entran un millón de personas al día. Pero aquel domingo solo habían aproximadamente treinta personas.

¿y este ambiente desértico? - pregunto Geoffrey.

¿De que te quejas? Mejor para nosotros - respondió Cliff.

Llegamos a la puerta principal.

¿A que división creen que nos asignarán? - pregunte.

Apuesto 5 libras a que será la sexta - dijo Roy.

Apostaré 10 a que será la tercera - dijo Cliff.

Geoffrey no se quiso arriesgar y apostó solo tres libras por la décimo primera división.

Yo aposté 5 libras por la décimo octava división.

Bien, yo recojo sus apuestas caballeros - dijo Geoffrey - el ganador se lo lleva todo.

¿Por que deberíamos confiar en ti? - pregunté.

Soy hombre de palabra - respondió.

Nos despedimos y partimos a nuestros respectivos rumbos.

Compré un periódico en las afueras de la estación.

Leí las noticias que venían del frente.

Las bajas francesas eran astronómicas. El ejercito alemán ya había invadido Bélgica y ahora estaba adentrándose en territorio francés.

En aquel momento la población británica observaba como Alemania invadía a las inocentes naciones de Bélgica y Francia.

El antigermanismo era muy común.

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