Sólo Una Pesadilla.

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María abrió sus ojos repentinamente, miró a su alrededor percatándose de que se encontraba en un lugar completamente negro, ella suspiró pesadamente y empezó a caminar por la interminable oscuridad.

- ¿Otra vez aquí? ¿Y ahora con que piensan torturarme esos idiotas autoproclamados "Los Grandes"?

Los pasos de la mujer seguían, no se detuvo en ningún momento y siguió caminando.

- María, ayúdame por favor - susurró una voz femenina suplicante.

La mujer frenó su caminar, recuerdos atacaban con todo a su subconsciente, una mujer hermosa pasó por tantos de esos recuerdos, la única mujer que se ganó todo su amor.

- Adeline..... -  dijo María en un tono de voz tan bajo que ni siquiera los mejores oídos del mundo podrían haberla escuchada.

Una lágrima descendió seguido de más y más lágrimas hasta que la cazadora estalló en llanto.

- Lo siento mucho.... no pude protegerte..... fracasé... les fallé a todos, a Gehrman... Gascoigne... Henryk... Eileen... Henriett... Ludwig... Laurence... y tantos otros - fue lo único que dijo la mujer entre sollozos.

Más pasos se empezaron a escuchar, la mujer alzó la cabeza aún empapado por sus lágrimas que no paraban de brotar. La mirada de la cazadora era una de completa sorpresa. Una mujer con túnicas azul marino con algunos detalles blancos, un pantalón del mismo color, botas azul noche, un fino rostro que solo aumentaba su ya gran belleza, cabello rubio y ojos ámbar apareció de la nada.

- María, cuanto tiempo sin vernos - habló la recién llegada.

María no podía creer lo que tenía enfrente por lo que se puso de pie, se secó las lágrimas y la abrazó con todas sus fuerzas.

- Yo también te extrañe mucho.

María dejó de abrazarla y ambas se miraron con cariño, nostalgia y felicidad, ambas se empezaron a acercar cada vez más y más hasta que quedarse a un beso de distancia. La cazadora no lo podía evitar y besó los labios de la mujer con una pasión indescriptible.

El beso duró hasta que ambas mujeres se quedaran sin aire por lo que tuvieron que separarse dejando un pequeño hilo de saliva.

- No tienes idea de cuánto te extrañaba - dijo María.

- Y yo a ti.

Ambas se sentaron en el suelo rodeadas por la infinita oscuridad.

- Adeline, te amo.

- Y yo a ti, María.

Las dos se quedaron mirando entre ellas hasta que María rompió ese silencio.

- Adeline...

- ¿Si?

- ¿Recuerdas lo que te dije en caso de que todo esto haya terminado?

- Si, lo recuerdo como si hubiese sido ayer.

- Es una pena que no se haya cumplido.

- No creo que la gente lo hubiera visto bien.

- Nunca me importó el opinión de alguien más.

Un silencio sepulcral se hizo presente mientras Adeline se ponía roja como un tomate al recordar aquella petición que le hizo su pareja.

- De verdad quería formar una familia contigo.

- Es una verdadera pena, cada vez que lo recuerdo no puedo evitar llorar.

Más lágrimas empezaron a salir de los ojos de María y Adeline la abrazó para consolarla.

- Tranquila, ya pasó.

Amor Entre Cazadores (Lady María x Lector)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora