Piso 39

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Valentina recordaba cada palabra dicha por Juliana la noche anterior, el sonido de la voz que tanto amaba, diciéndole que la odiaba era el peor castigo que podía recibir, y aunque estaba sufriendo las consecuencias de sus propios actos, tampoco se merecía tanto dolor. Al final todas sus decisiones habían sido tomadas en consecuencia de los juicios que emitían otras personas.

- ¿En qué tanto piensas? - Preguntó la rubia que se había mantenido junto a ella desde las primeras horas de la mañana.

- En lo estúpida que he sido. ¿sabes Isa? En una ocasión leí por ahí, que en la vida solo se tiene tres amores; el primer amor, el difícil y el maduro. Pero yo creo que con tu primer amor puedes vivir los otros dos. Juliana es mi primer amor, la primera persona a la que le entregué mi corazón, y con la que sentía que el mundo era perfecto. Está también el amor difícil, ese amor tóxico del que todos deben huir, y justo eso hizo Juliana, huyó de mi lado en dónde solo sufría a causa de mis decisiones, y después de mucho le aplaudo su valentía, que a pesar de amarnos tanto, decidió por ella y por su estabilidad. Por último está el amor maduro, ese que surge después de haber salido de la relación tóxica que terminas tan lastimado que tienes miedo de volver amar, ese amor se da de una manera tan natural que ni siquiera te das cuenta cuando sucede.-

- ¿A qué quieres llegar con eso Val?-

- ¿No es obvio?, no me voy a rendir hasta ser el amor maduro que busca Juliana -

La editora la veía atenta, recargada sobre el elegante sofá. Conocía lo testaruda que podía llegar a ser su amiga, pero aún así, iba a tratar de convencerla de desistir de su idea, con el fin de evitar más sufrimiento.

- ¿No crees que ya es momento de parar? Ayer la viste, y ella fue muy clara contigo al decirte que no quería saber nada de tí. Por favor Val, deja a Juliana en el pasado, tu obsesión por ella solo terminará causándoles más dolor a ambas -

La actriz se llevó un mechón de cabello detrás de la oreja, hacía eso siempre que se exasperaba.

- Juliana no es ninguna obsesión, yo la amo más de lo que tú puedes llegar a comprender y aunque no te parezca yo voy a luchar por ella, por ganarme su perdón y demostrarle que conmigo puede ser feliz.-

- ¿Y como lo vas hacer? Si ni siquiera va a dejar que te le acerques, ya te dijo que no quiere tus disculpas, yo lo veo muy difícil-

A la castaña se le iluminaron los ojos. Después de llorar había tomado la decisión de recuperar a Juliana, estaba segura que la mirada de la modelo no mentía, en ellos veía amor, así que se valdría de cualquier método para que volviera con ella.

- Para eso te tengo a ti- Dijo con una sonrisa maliciosa.

- ¿A mí? No me metas en tus cosas Valentina, que yo no haré nada - La rubia se cruzó de brazos dispuesta a no ceder.

- Por favor Isa, sé que ya tienes la dirección de Juls, no te cuesta nada darme los datos. Necesito hacer un último intento, y si de verdad no me ama, yo no voy a insistir-

- Eso mismo dijiste cuando nos vimos en la cafetería, y mírate ahora -

- Por favor, solo necesito eso, no te volveré a pedir nada - Los ojos de la actriz ya se habían llenado de lágrimas y por más firme que quisiera mantenerse Isabella, no le podía negar que hiciera su último intento, y menos si se lo pedía al punto del llanto, su amiga ya había sufrido demasiado, y no quería verla peor.

- ¿Y que piensas hacer con eso? -

- Ya lo verás, pero no te preocupes no haré ninguna tontería-

AnhelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora