Ya ha pasado un mes desde mi venganza a Tyler y desde ese día he sido, y no porque quiero, una de las figuras de admiración del instituto, ya que nadie se atrevía a poner en su lugar al playboy de Tyler; pero por el contrario él sigue con su vida tranquilamente, ni me habla, ni me mira y de hecho a veces pienso que se olvido de que existo, no sé qué le pasa y tampoco me importa, aunque es raro no tener a esa persona insoportable que haga grises tus días pero al mismo tiempo le de su toque gracioso.
-¿Ali, qué te pasa? Dime por favor, te lo pido, ya no ríes, a veces hablas y si a caso comes; no lo entiendo y siempre que te pregunto cambias de tema, ya no aguanto más, dime por favor.
-James por mil y una vez no me pasa nada, puedes ya dejar de preguntarme y prestar atención a la clase que si no el viejo nos saca y ya tengo varios problemitas con la maldita clase de historia, no me desconcentres.
La verdad es que no me pasa nada, solo que antes solía pensar en como hacerle la vida cuadritos a Tyler y ya no. Con el instituto no tengo tiempo para distracciones por lo que me baso en hacer tarea y dormir, ya ni la comida se hace necesaria en mi vida.
Salí de clases y fui al comedor en el que el único que estaba era Tyler ya que el viejo de historia lo había sacado por lanzarle papelitos ensalivados, sí, así los llamo yo.
Ni lo mire, ya de qué servía, tomé un café y unas galletas y me senté en la mesa de siempre. No estaba prestando atención a la platica de mis amigos, no me importaba mucho que digamos, hasta que escuche que mi nombre.
-¿Ali estás?- preguntó Maeson.
-Amm... Si, ¿que ocurre?
-Como ya sabes mis fiestas son las más populares de toda la ciudad y este fin de semana mis padres salen de nuevo de viaje y haré una, ¿quieres venir?
-No lo creo Maes, es que tengo mucha tarea y prefiero quedarme en mi casa terminándola pero quizás la próxima vez.- le respondí, luego me pare para irme a el patio. Necesito escuchar un poco de musica y distraerme.
Me hundí en la música hasta quedarme en otro mundo, mas bien en mí propio mundo, en donde no hay ni Tylers, ni profesores, ni clases de historia, solo música y comida. Sentí la presencia de alguien recostarse en el pasto a mi lado, luego me quitó el audífono derecho de mi oreja. La verdad, es que ni me preocupé en mirar quién era, ahora, en este preciso momento nada me importa. La persona misteriosa al cabo de unos 7 minutos sé dispuso a hablar.
-Amo esta canción, definitivamente tienes muchos atributos pero acabo de encontrar otro: Buen gusto musical.- dijo esa voz, esa voz que tenía un mes ignorándome, que pensé que se había olvidado de mí existencia, pero aquí se encontraba hablándome.
-¿Te acordaste que existo? ¿me vas a decir que grandísima mierda es lo que te pasa?- escupí lo mas cortante que pude.
-No arruines el momento Evans.-me respondió Tyler sumido en una burbuja de paz y tranquilidad, eso me causo que estuviera a punto de explotar de furia así que quite el audífono de su oreja y de la mía con rabia.
-No, ya se acabó tu actuación, sé hombre por una vez y dime qué demonios te pasa, porque si estás molesto pues dímelo y hazme una broma o vengate pero si no lo estás dímelo y por lo menos vemos de que forma podemos llevarnos un poco mejor. Claro, todo esto sería luego de aceptar que yo gané.
-Ay Alisson, tu orgullo es tan grande que se parece al mío, no estoy molesto pero tampoco feliz, yo te dije que esta guerra se pondria peligrosa y el no hablarnos es muy peligroso aunque no lo creas.
-No te entiendo absolutamente nada, Tyler.
-¿Quieres que te cuente un secreto?
-Tu puedes hacer lo que te plazca.
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"Preparate para perder"
Ficção AdolescenteAli Evans una chica normal de 16 años de edad con un fuerte odio por los hombres ya que creía a todos iguales; mujeriegos, falsos, idiotas, y con poco cerebro. Pero alguien llega a su vida para demostrarle que no todos los hombres son iguales, si no...