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-Boluda qué haces que no vas allá, es una terrible oportunidad- Me dijo Matías totalmente exaltado.

-Ni loca- Dije mientras recibía el buzo que me pasaba Tomas.

-Dame una razón lógica de por qué no tendría que obligarte a ir a sociabilizar, y te dejo en paz- Dijo empezando a empujarme para ir a donde estaban todos.

-Te doy una que cuenta como mil- Le dije frenándolo- Mis viejos, Matías- Y conseguí que me mirara- No tengo tiempo más que para la facultad y para venir a ensayar de vez en cuando, no puedo llamarlos y decirles que voy a suspender mis estudios momentáneamente para probarme para un show de Netflix que probablemente no quede y encima nos paguen como el ojete por ser latinos - Dije mirándolo a la cara- Mis papás se rompen el lomo laburando para que yo esté estudiando acá, no les puedo hacer eso- Dije seria, él solo asintió e hizo seña con la cabeza de que nos vayamos.

-Me voy a despedir de Elena y vamos- Le dije y empecé a caminar hacia el costado del escenario donde estaba Elena hablando con un señor.

-Hola, perdón que interrumpa, pero vine a despedirme Elena; nos vemos el Miércoles- Dije dándole un beso en el cachete- Chau, hasta luego- Le dije al señor haciéndole una seña con la cabeza y dándole una sonrisa.

-Mak, ¿Pudiste hablar con alguien?- Preguntó Elena, elevando la voz para que la escuche. Yo solo asentí sonriendo y seguí mi camino. No me iba a poner a explicarle mi situación, ya que a ella no le importaría.

Los mire a Mati y a Tomi y los dos estaban haciendo muecas como diciéndome algo, pero no les entendí. Sentí un tirón en el brazo y me di vuelta de golpe para defenderme, pero cuando me di vuelta lo vi a él.

-Hola- Dijo sonriendo.

-Hola- Dije sonriendo también.

-Te he visto hoy y no podía creer que fueras tú- Dijo con ese acento español hermoso.

-Bueno, acá estoy- Dije sonriendo nuevamente.

-¿Os estabais yendo?- Dijo mirando atrás mío, dirigiéndose a mis amigos. Me di la vuelta para ver a los chicos y estos dos asintieron, sonriendo picaros. – A poco no te ha interesado lo que venimos a hacer- Dijo mirándome ahora a mí y sonriendo como en burla.

-No es que no me haya interesado, es solo que no tengo el tiempo, la plata y el permiso para hacerlo- Dije mirándolo en de manera neutro.- Pero realmente espero que encuentren lo que buscan- Dije sonriéndole y dándome la vuelta.- Fue un placer conocerte- dije saludándolo con los dedos mientras me alejaba marcha atrás.

-¡Oye espera! Venga, que me gustaría conocerte- Dijo dando un paso adelante.- Salir a tomar un café o algo ¿Qué te parece?- Dijo sonriendo de costado.

-No tomo café, pero me gusta el jugo de naranja exprimido- Dije acercándome nuevamente a él. - ¿A las 3 en el café de acá abajo?- Dije estando bien cerca de él.

Él asintió – Nos vemos- dijo en un suspiro.

Yo solo sonreí y salí caminando por el pasillo junto a mis dos queridos amigos.


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Eran las 15:03, no suelo llegar tarde, pero esta vez el que me acompañaba era Matías, y él siempre llega tarde a todos lados.

-Bueno, si necesitas algo me llamas por teléfono o me mandas un mensaje de sos y en 5 estoy acá rescatándote- Dijo Mati mientras me acomodaba la campera que tenía puesta y me sacaba un par de pelos que tenía en la cara. Corría un poco de viento.

-Sí, ya te dije que sí. Ahora andá- Le dije empujándolo. Él se iba a ver con un chico que había cocido por Grinder. – Igualmente para vos, anda a saber con qué loco te estas por ver – Le dije señalándolo con el dedo índice y el brazo estirado, mientras él se alejaba.

-Con un loco muy muy muy lindo- Dijo largando una carcajada mientras cruzaba la calle.

Me di la vuelta y encare para abrir la puerta de la cafetería. Apenas entre escuche murmullo de muchas personas, propio de un lugar público. Recorrí el lugar con los ojos buscando al chico lindo, y después de una mirada rápida, lo encontré sentado al fondo del local, con una gorra y el brazo levantado indicándome que estaba ahí.

Camine a paso firme hasta la mesa, y cuando llegué, me saque la campera para ponerla en la silla.

-Hola chico- Le dije sonriéndole.

-Hola Makayla- Dijo sonriéndome de nuevo.

-¿Cómo sabes mi nombre? Nunca te lo dije – Lo mire confundida.

-Has llamado la atención de Kenny, el productor. Hoy durante el almuerzo escuche tu nombre varias veces- Dijo sonriendo.

Me sentí emocionada, no voy a mentir. Tenía muchas ganas de participar, pero no quería pedirles más cosas a mis viejos, no me da la cara. Aun que esta era una oportunidad única.

-¿Cómo es tu nombre?- Dije apoyando los codos en la mesa y mi pera en mis manos, sonriéndole y mirándolo a los ojos. Soy una zorra.

-Tobías- Dijo sonriendo.

-¿Nos encontramos acá hoy para que vos intentaras persuadirme de audicionar, Tobías?- Dije entrecerrando los ojos. Súper directa.

-En realidad te he pedido que nos veamos porque eres maja- Sonrió mostrando los dientes.

-Oh Okay, pensé que me ibas a insistir para audicionar- dije haciéndome la desilusionada.

-Entonces quieres hacerlo- dijo mirándome a los ojos, me está matando.

-En realidad sí, pero es complicado- Dije suspirando.

Procedí a contarle el por qué no quería audicionar. Que la situación económica no era para andar derrochando, que si dejo la carrera sin un plan seguro mis viejos me matan, que no sé cómo funcionaría todo; cuando dije eso me retó, porque según él, si me hubiese quedado hubiese entendido como funcionaba.

Después empezó a hablar él. Me contó que lo que estaban buscando era un elenco en parte latino, ya que los personajes en su mayoría iban a serlo. Me dijo que él era vestuarista, y que se coló en el viaje con la excusa de que él sabría quienes encajarían con los papeles de la serie. También me explicó que en realidad las audiciones son en Los Ángeles, que los pasajes están cubiertos por la producción, y los viáticos mientras estemos en los castings eliminatorios también, lo único que no estaba cubierto era el alojamiento en LA.

¿Qué hago? ¿Lo hablo con mis viejos? Sinceramente quiero hacerlo, pero tengo mucho miedo de que no estén de acuerdo. Aparte sé que todo lo que tengo es gracias a su esfuerzo grandísimo, no quiero que piensen que estoy despreciando lo que me dan.

Después de hablar por lo menos 3 horas, de tomar chocolate caliente y comer torta selva negra (mucha), nos pasamos los números de teléfono para agendarnos en WhatsApp y quedamos en volver a vernos.

-Gracias por acompañarme a la parada del bondi- Estaba parado frente a mí y lo note algo nervioso.

-¿Estas segura que no quieres ir en Uber? Yo puedo pagártelo- Dijo mirando alrededor.

-¿Acaso te dan fobia los colectivos?- Dije en todo de burla, codeándolo.

-Algo así- dijo mirándome a los ojos ahora. –No me dan miedo, es solo que se está haciendo de noche- Dijo mirando para arriba.

-Tranquilo, me espera mi amigo en la parada que está a una cuadra de casa, está todo bien- Le dije sonriendo.

Después de un rato más hablando, el bondi llegó y nos despedimos. Lo abracé y se sorprendió, raros son los españoles.

El viaje en bondi fue cortísimo, me pase todo el trayecto escuchando música e imaginando una vida de estrella que nunca voy a tener. Imaginando que casualmente en una fiesta, el amor de mi vida se iba a presentar enfrente mío y yo con mi sonrisa y mis pestañas largas lo iba a cautivar.

Urbano Flow Dance - CHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora