La máscara

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Qué triste eso de vivir la competencia, no la vida. Qué triste eso de no poder
dormir en las noches pensando en que la conciencia no está totalmente limpia. Qué triste eso de querer despertar siempre primero que el otro, rebajar al otro. Qué triste eso de desconfiar de todo y de todos, porque lo tuyo es primero. Qué triste eso de necesitar empujones para llegar a la meta y engañarte a ti mismo con los resultados. Qué triste debe ser ver a los pocos amigos que tenías alejándose de ti porque el aire que respiras solo lleva tu nombre. Qué triste eso de pensar que aun eres una buena persona.

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