CAPÍTULO I: Sin fecha de caducidad

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Bienvenidos y bienvenidas a esta nueva historia del fandom de SnK. En esta oportunidad, les traigo un relato corto, lleno de romance y momentos de esta pareja. Espero que les guste mucho.
¡Disfruten!

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CAPÍTULO I: Sin fecha de caducidad

La lluvia era tan intensa que era incapaz de ver algún paisaje coherente a través del vidrio. Las gotas de agua golpeaban la ventana ruidosamente y resbalaban por ella para amontonarse sobre la madera del marco que daba hacia el exterior.

Qué estúpido otoño estaba siendo ese año. Debido a los temporales, como los de esa noche, es que Levi no había podido abrir su cafetería en más de dos días, porque ¿quién saldría a tomar un té o café con semejantes vientos y lluvia? Es más, ¿quién saldría si quiera a la calle, considerando que en el pueblo habían suspendido la mayoría de las actividades para proteger a las personas del mal clima?

Bueno, ciertamente había alguien que lo había hecho. El mocoso de ojos verdeazulados había llegado esa tarde a su loft que se ubicaba justo sobre la cafetería que dirigía y de la cual era dueño. Cuando había abierto la puerta, se encontró con su cabello castaño que caía sobre sus hombros, lacio debido a la cantidad desbordante de agua que soportaban, e incluso su impermeable parecía haber fallado en su propósito de protegerlo de la tormenta.

Levi – después de haberle gritado maldiciones por semejante estupidez – lo ayudó a cambiarse de ropas y a secarse completamente tras un baño caliente, procurando tener listo un té caliente y comida para que no enfermara.

No era extraño que Eren pasara la noche con él, de hecho, lo hacía con frecuencia el último tiempo, desde que habían decidido dejar de esconder su relación ante los ojos del pueblo; sobre todo porque el chiquillo ya tenía diecinueve años y no había problemas legales para sus encuentros.

– Lo haces otra vez. – el azabache apartó la vista de la ventana junto a la cual se encontraba sentado para dirigir su mirada hacia la cama revuelta, con el moreno ligeramente erguido entre las sábanas, mirando en su dirección con ojos somnolientos.

Tenía el cabello desordenado y el torso descubierto, mostrando esa piel exquisitamente morena cubrir los músculos de su espalda trabajada debido a que lo tenía cargando cajas todos los días.

– ¿Hacer qué? – preguntó el de ojos grises fingiendo demencia. Sabía a lo que se refería su pareja, pero no quería entrar en detalles al respecto. Entonces, Eren se puso de pie, colocándose una camiseta de mangas cortas que estaba botada en el piso junto con los pantalones de su pijama y, finalmente, se acercó hasta donde estaba el azabache.

Sus ojos verdes en medio de la oscuridad parecían luciérnagas que bailaban en sintonía para transmitir ese amor desbordado que le profesaba día a día desde hace poco menos de un año, quizá mucho antes en secreto.

El chico se agachó lo suficiente y capturó los labios del más pálido, besándolo de esa forma que hacía que las mariposas en el estómago de Levi despertaran entusiasmadas y dieran vuelo libre dentro de él, haciéndolo temblar cuando los cálidos labios del muchacho exigían compartir ese gesto íntimo.

Tras separarse, el moreno se sentó al otro extremo de la ventana, invitándolo a acercarse y acurrucarse contra su pecho. Levi no protestó, hace tiempo que había dejado de lado las vergüenzas ante esos gestos consentidores que hacía Eren con él y se permitió descansar su espalda contra el ancho pecho del muchacho que era al menos diez años menor que él, dejando que sus largos brazos rodearan su cuerpo cubierto por una camiseta similar al de su pareja, mientras las piernas de ambos se enredaban tratando de mantener el equilibrio en ese estrecho espacio.

No de promesas, sino compromisos  - [Ereri/Riren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora