Una aventura a la espera

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Sol Caracol era una adolescente cualquiera, se despertaba temprano en las mañanas, desayunaba café con leche e iba a la escuela a aprender letras.

Un día algo inesperado le pasó: de la nada apareció un compañero de su escuela por la puerta de atrás de su casa y le dijo "qué linda que sos", entonces se acomodó la chaqueta de cuero que llevaba encima de su uniforme e hizo una voltereta.

Sol quedó impresionada con su vibe de badboy, tanto que casi se desmayó en el acto. Pero recobró el aliento antes de eso, y disimuló para que el chico no viera aquel enorme impacto que había tenido en ella.

"¿Cómo te llamás?" le preguntó Sol Caracol a aquel adolescente desconocido con el que se había topado esa mañana de sorpresa.

"Robertito" sonrió el muchacho y sacudió su pelo, negro como sus ojos.

Sol suspiró entre dientes, "esto es amor a primera vista" pensó.

La chica entonces le dijo a Roberto "vos sos nuevo en la escuela, ¿cierto?" el chico la miró divertido, "hace poco te vi por primera vez creo."

"Sí, soy nuevo en la escuela," sonrió tristemente Roberto. "Mis padres murieron en un incendio accidental muy trágico hace unas semanas. No tuve opción más que mudarme aquí ya que mi casa se quemó completamente, y porque no quería quedarme en el lugar donde lo perdí todo."

"Lo siento mucho" dijo Caracol. "Agh, me siento como una estúpida. No quise hacerlo recordar algo tan malo..." pensó.

Robertito advirtió enseguida la culpa en los ojos de Sol, y se apresuró a remediar la situación todo lo que pudiera. "No importa, no tenías idea, no es tu culpa" exclamó, "¿me acompañás a la escuela?".

La chica sonrió un poco, culposamente, "uff, arruiné todo" se dijo mientras asentía. "Claro."

Ambos con las manos en los bolsillos salieron caminando, charlando incómodamente sobre cualquier cosa que les viniera a la mente.

la miserable vida de Sol CaracolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora