Capítulo I- Inicio del verano

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―¡Kanpai!

―¡Kanpai!

Se escuchó gritar desde el fondo del salón, lo que llamó la atención de varios comensales.

Desde aquel ricón del bar una serie de copas se elevaban por los aires dejando escapar algo de la espumosa cerveza que ocupaban.

Era el grupo de trabajo de Yagami Taichi que celebraba la culminación de su primer proyecto.

―Aaah, ¡finalmente!

Exclamó Tanaka Reiko, uno de sus compañeros.

―Pensé que jamás aprobarían el proyecto―continuó hablando mientras colocaba uno de sus brazos sobre Tai―. Pero de no ser por Yagami-san seguramente no habríamos tenido tanta suerte. ¡Ah! ¡Qué buena forma de comenzar el verano!

Para este último, era notable que su compañero ya estaba pasado de copas.

―Oye, Tanaka-san― intervino Yoshida Ai, otra de las compañeras que había impulsado el proyecto―deja en paz a Yagami-san, has bebido suficiente.

Como Taichi estaba algo incómodo, dejó caer el peso de su compañero sobre el asiento, pero sin agregar ningún comentario. Sobre la mesa, su cerveza estaba intacta.

―Casi no has tocado tu bebida ―agregó Toshida―, ¿está todo bien?

―Ah, sí―dijo Taichi forzando una sonrisa y dando un ligero sorbo a la bebida―. Es solo que no suelo tomar mucho.

Esto no era necesariamente cierto, pero Taichi no quería hablar sobre el tema.

―Deberías aprender de Yagami-san, Tanaka-san―dijo Yoshida.

―No me regañes Ai-chan, debo beber para olvidarla.

Esto último llamó la atención de Taichi.

―¿Olvidarla?

Un susurro llegó a su oído, era la voz de su compañero Nishimura Yoko.

―¿No lo sabes? Tanaka-san se le declaró a Sakura-san después del proyecto y bueno, ya te imaginarás lo que pasó.

Tomizawa Sakura era considerada una de las chicas más lindas de la empresa que trabajaba en el departamento de nanorobótica. Si bien no era parte del grupo de trabajo de Tai y no había intervenido directamente en el proyecto, había prestado su apoyo en las especificaciones técnicas que este ameritaba. Eso, además de que era la hija de uno de los inversionistas de la empresa y no estaba demás invitarla a la celebración.

Al escuchar su nombre, Taichi la buscó entre los otros, lo cual no fue difícil, pues  Sakura lo estaba mirando.

El cruce de miradas tomó desprevenida a esta última, quién agachó la vista y trató de cubrir el ligero rubor de sus mejillas entre su cabello.

Pero Taichi estaba demasiado distraído para notarlo. Se había topado con Sakura un par de veces en el transcurso del año y habían tomado juntos la inducción de la empresa. Sakura era callada, pero muy hábil con la computadora y le había enseñado algunos trucos que Izzi seguramente nunca le hubiese enseñando; no tenía paciencia para ello después de todo.

―¿Y qué hay de ti, Yagami-san?―preguntó Ai intentando cambiar de tema―. ¿Tienes a alguien que te guste?

Taichi lo pensó un momento y luego negó con las manos.

Aunque llevaban medio año de conocerse, Taichi todavía no sabía mucho de sus compañeros de trabajo. 

Yoshida Ai era la más experimentada, era la líder de su grupo y se destacaba por ser muy exigente con sus compañeros, aunque también dócil cuando hacia falta. No dudaba en corregirle, pero también era la primera en aceptar sus errores.

Taichi y Meiko, El recuentro. Una ero-historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora