Su acción de momento fue ágil, haber podido escabullirse de tal declaración le resultó como un suspiro para su pobre cerebro que no había parado de intentar encajar todo como un rompecabezas. Este, en efecto, resulta difícil para su poco intelecto, aun que mayormente las piezas no contengan cierta complejidad en matemáticas, se centraban mayormente en lo que supuestamente el era bueno, sentimientos.
Kirishima se caracterizaba en general por ser el más empatico de su clase, sabía cómo hacer sentir bien a una persona, su amable sonrisa y su carisma era un enjambre de buena vibra para cualquiera. Pero últimamente se ha sentido más que perdido en el caso de Bakugou, había dado por hecho que comprendía a su amigo, como hacerlo ceder ante ciertos caprichos, como evitar que explotará, literalmente, o lograr siquiera sacarle una sonrisa.
Sin embargo, en este mismo instante, no tiene la menor idea de como actuar, ¿cual seria el paso siguiente a dar ante la situación?, desde que salió de su habitación ha estado destrozado mentalmente, procesar los nuevos sentimientos de Katsuki eran un reto. Ya de por si lo eran desde tiempo, pero la mínima diferencia era que sabía cómo responder, la incertidumbre no tardó en resonar en su interior, viniendo de la mano con ella, un sentimiento muy conocido para el pelirrojo.
Ansiedad.
- ¿Eiji? - retumbó en los oídos del moreno.
- T-Todoroki - soltó con impresión Eijirou al ver al bicolor en la sala.
- disculpa si te asuste - hablo el mayor tranquilo.
- e-esta bien - soltó una risita el más bajo caminando hacia la cocina.
- ¿donde estabas?, cenamos hace una hora - mencionó Shoto siguiendo al menor.
- estaba estudiando con Bakugou, se nos olvido, ¿donde están todos? - pregunto Kirishima al no ver a nadie ni en la sala ni en el comedor.
- están en la habitación de Midoriya viendo una película - respondió el mayor, tomando una bolsa de papas para ir después con los demás- ¿entonces vienes por algo de comer? -
- si... - sólo soltó el tiburonsin desde la mesada con la mirada baja.
Tomaría algo antes de volver a su cuarto, espera que al menos el rubio se haya tomado el decoro de marcharse a su habitación, pues tras tantas emociones en un día era un martirio en lo que respecta mañana.
- ¿y como te va con tu tutor Bakugou? - cuestionó mirando de reojo al menor Shoto, a la par que se apropiaba de una botella de gua desde el refrigerador.
Como había pensado, tras sólo imaginar volver a ver al mayor hoy lo aterraba, resultando que le tiemblen las manos, dificultando la simple acción de servirse un poco de café. Sonríe con cierta gracia al dar por hecho el inconveniente como algo irónico, un Bakugou confesandole tan normal sus sentimientos luego de haber pasado más allá de un beso, luego de hacerse creer a el mismo que ahora eran novios.
- bi-bien, aun que sus golpes duelan - comentó sin mirar Kirishima.
- deberías decirle que no te golpee, podrías acusarlo con Aizawa-sansei - recomendó esperando respuesta Todoroki.
- no...no podría - susurro nostálgico el pelirrojo- creo...que no sería capaz - pronunció sin ánimos el moreno, sosteniendo con fuerza su taza.
- así que empeoró - asumió el bicolor cerrando la puerta de la nevera despacio para acercarse.
- ¿eh? - pronunció el pelirrojo al escuchar lo que dijo, vio como se aproximaba hacia el con un semblante firme, para luego acorralarlo contra la mesada- ¿T-Toki? - cuestionó confundido.