Capitulo 10

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Me encontraba trabajando en la oficina de casa, hacía ya horas que había vuelto del paseo con Paco y eran las 20:00pm. Ni bien llegamos al parque Paco se puso a tironear de la correa con su boca y esa era la clara señal que decía ya suéltame o te arrastrare como cuando era pequeño y por pequeño quiero decir que me llegaba a la cadera.

En unos minutos iba a venir Gael con la información que habían conseguido del número que me mandó el mensaje hoy por la mañana.

Sigo sin conseguir saber si la zorra de Katrina me esta robando, no es fácil conseguir a alguien de confianza que sepa hackear cuentas de bancos sin ser descubiertos... ya lo se, ustedes dirán ¿Cómo es que no tienes a alguien que sepa hackear si eres una de las mafiosas mas poderosas? Pues queridos amigos déjenme decirles que lo tenía pero esa muy enterrado bajo tierra.

Mi guardia de confianza y mejor hacker era quien murió el día que estaba semidesnuda en la casa del Sr. De Luca...

La puerta abriéndose me sacó de mi ensoñación

Rodé los ojos, nunca en su puta vida mi mejor amigo va a ser capaz de tocar la puerta:- ¿Cuándo va a ser el día en el que te dignes a tocar la puerta?- le pregunte exasperada. Siempre lo mismo no se como todavía no me ha encontrado revolcándome con algún hombre.

-No se porque tendría que tocar si se supone que estas trabajando.. Además sabes que no voy a tocar nunca así que no jodas Elena.

-Gael siempre entras como Pedro por su casa el día que entres a mi oficina y me veas follando con alguien no quiero reproches.

-Y yo no quiero reproches cuando le corte la verga al que vea que te estas follando y no digas follando, no te queda lindo- me fulminó con la mirada antes de sentarse en la silla enfrente mío y lanzar una carpeta- lo que pidió su majestad

Mordí mi labio, estaba nerviosa y no se porque.

En la carpeta estaba el número completo, la dirección de donde se mandó el mensaje y en donde estaba el móvil ahora mismo. Pero no estaba en propietario de dicho aparato electrónico.

-Dónde carajo está lo que pedí Gael? Donde está el maldito nombre del dueño- Mi mejor amigo me estaba sonriendo de una manera que no me estaba gustando y me estaba poniendo los pelos de punta.

-Me parece mi querida limoncito -si, limoncito  porque según él era tan ácida o peor que el limón. Rodé los ojos hacia mi apodo- Que tienes un mafioso italiano.. como decirlo... bastante pendiente de ti- me dio una sonrisa torcida y yo abrí los ojos como platos.

-El rubiales...

-Exactamente, ¿Qué comes que adivinas?- abrió la boca exageradamente para después ponerse serio y sacar su arma- Bueno ¿lo mato?- lo mire pensando si en verdad es tonto o solamente se hace EL IMBECIL QUERIA MATAR AL JEFE DE GRAN PARTE DE ITALIA ¡POR DIOS!

-Realmente hay veces que me pregunto si realmente eres estúpido completamente o solo la mayor parte del tiempo- El asintió mirando hacia un punto cualquiera en la oficina pero me parece que se dio cuenta de que lo había insultado porque me miró mal.- No puedo matar al rubiales, ¿acaso no sabes todo lo que implica?

Gael se encogió de hombros y volvió a guardar la pistola- ¿Y entonces? ¿Qué hará la sabelotodo?

- Le haré una visita en 1 hora en donde sea que esté.

***

Ya me había duchado estaba viendo que me pondría para hacerle mi gran visita al italiano en su club.

Finalmente me decidí por un vestido muy atrevido: Es brillante, se ajusta en el cuello con dos diminutas cintas y cae por mi pecho con un escote, no podía ponerme sujetador porque la espalda está completamente al descubierto, se ajusta un poco en la cintura y cae como pico tanto en la parte trasera como delantera, en el costado izquierdo tiene una abertura ancha que es sujetada por cuarto cintas con brillantes para que no se levante. Tampoco llevaba bragas, prácticamente estaba desnuda si no fuese por el vestido.

En las garras de la mafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora