hay tantos recuerdos, que le dan muy duro... a mi corazón.

325 33 8
                                    

Capitulo 14






Aparcaron frente a la mansión al prever que una tormenta estaba amenazando el cielo siempre nublado en Shanghái, al refugiarse dentro de la calidez de la mansión, Jiang Cheng le tomó del brazo a Wei Wuxian cuando se estaba dirigiendo por un vino para celebrar la ocasión

- Hagámoslo hoy. - Inquieto e indeciso Jiang Cheng tomo la valentía de decirle esto antes de que pudiera reaccionar

Wei Wuxian se acercó como una flecha a su frente y lo besó, luego se reincorporó de su sitio en donde estaba sentado y rápidamente el ruido de sus pisadas se hicieron eco por toda la mansión

Jiang Cheng se bebió otra copa del vino que ya habían abierto previamente y en lo que esperaba a Wei Wuxian, se levantó para irse al lugar más cómodo de la pieza, había una alfombra que había especulado que no había sido usada por nadie, lo suponía por la sequía de marcas de uso por los bordes y por lo suave que se había sentido al sentarse en ella, ahora en una posición a gusto, se terminó de beber su copa y espero impacientemente como un niño ansioso por conseguir su mesada a su prometido

Wei Wuxian llegó poco tiempo después con una manta roja y dos lazos rojos, entre tanto rojo su gabardina azabache parecía hundirse en un mar carmesí, Jiang Cheng lo recibió con una sonrisa mareada y se sentó a su costado. Mirando el repentino cambio de escenarios, Wei Wuxian le preguntó

- ¿Sientes frío? -

La chimenea en respuesta crispó su llama, las formas les dieron sombra a ambos rostros, Jiang Cheng se encogió de hombros manteniendo su serena mirada más allá del fuego quemando los últimos tramos de troncos, las cenizas estaban estancadas dentro del cuadro de fierro

Wei Wuxian los envolvió en el mar carmesí y ató su muñeca en el lazo, sin apretarlo, amarró la punta del otro lado y con el borde libre, ató la delgada muñeca de Jiang Cheng, Jiang Cheng al ver esto se sorprendió

Había visto innumerables bodas, la de su hermana había sido como las extranjeras, sin muchos trucos o rituales complicados para formalizar una unión, tanto era diferente a esas fiestas que había visto, que algo tradicional como esto, le comenzó a ponerlo nervioso

Él en su momento había roto tantos matrimonios como peces en el mar, desde bodas por el civil hasta lo que ahora hacia Wei Wuxian con él, en los templos sagrados. Solo que en este caso a diferencia de como se había sentido en tenderle los papeles a esas dos personas que no miraban hacía atrás para firmar y no verse nunca más.

Deseaba nunca separarse de Wei Wuxian, no lo pensaba por el simple hecho de estarlo amando más de lo que era sano, era por qué sabía muy bien y se conocía en plenitud para cerciorarse de que no amaría a nadie más en su vida.

Cuando se complementó todo el ritual, dieron las reverencias al cielo, a la tierra y aunque no estuvieran aquí, a sus padres. Jiang Cheng tragó saliva al inclinarse frente a Wei Wuxian y luego al verlo directo a los ojos cuando terminaron de dar las reverencias a lo más sagrado en el plano de lo terrenal.

- Eres mío. - Confesó Wei Wuxian emocionado hasta las lágrimas, Jiang Cheng se mantuvo firme en su lugar y asintió

- Tanto como tú lo eres para mí. -

Wei Wuxian obtuvo mucho en su apretado corazón de pollo y no duró al escuchar la última sílaba, sus lágrimas continuaron hasta que el cielo volvió a tronar y Jiang Cheng no pudo sostener su inquebrantable timidez, en seguida lo abrazó y la sábana rojiza como un velo frágil y decadente se echó por detrás de su espalda hasta blandirse por toda la textura de la alfombra

El escándalo de la celebridad A y el abogado B.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora