Capítulo 25.

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Aire

—Estoy cansado… — Me dejé caer en la acera. — Solo llevamos tres días aquí, no conoces prácticamente nada— Me regañó Eric, quien parecía guía turístico. —Conozco más de Seúl y Tokyo que mi ciudad natal, dame un descanso— Le reste importancia, pero era sincero.

—Allí hay moteles por si quieres dormir tres horas— Me señaló Nancy. A lo que no me parecía tan mala idea. —Puedes hacer más cosas que solo dormir allí— Insinuó ahora Eric. Ambos lo miramos raro. — ¡Conmigo no! — Exclamó. — ¿Qué querías que pensaramos? — Ambos dijimos a la vez.

En estos últimos días funcionamos mas como una unidad de computo con su potencia dividida en tres. Las vacaciones nos pusieron tontos.

—Me refería a que si vas por allá— Señaló una calle concurrida. —Puedes conseguir algo con una japonesa en minutos— Aclaró. — ¿Tengo cara de solo querer sexo? — Pregunté, a lo que seguido de recordar mi cara, les dije que no respondieran.

—Si hubiera querido tener sexo con asiáticas lo habría hecho en Corea, no aquí, es feo hacer turismo sexual— Aclaré, levantándome. —Además… — Di unos cuantos pasos. —Si me negué a tener algo así con Nayeon, no lo haría con cualquiera— Me dirigí a los moteles, porque quería al menos ir a un baño.

Los otros dos días de vacaciones fueron nosotros yendo a la zona rural japonesa, Parecida a la coreana, pero el tren le daba el toque que no había tenido aquella.

Más pronto que tarde, tocaba tomar mi vuelo de casi un día. Quería morirme, pero todo me estaba saliendo demasiado bien como para hacerlo tan pronto.

—Creo que no iré este mes, así que tendrán que poner mi parte del alquiler— Expliqué, ambos me vieron indignados. — ¿Qué? — Pregunté. — ¿Tengo que pagar aunque no viva un mes allí? — Volvieron a verme indignados. —Eres más rico que nosotros dos multiplicados por diez, y aún así no nos quieres ayudar con un mes de alquiler— Empezó a hablar Eric. —Incluso yo te ayudé con tus cambios de look— Siguió Eric.

—Bien, lo voy a pagar, pero no es porque quiera— Los miré enojado. Luego sonó el aviso de su vuelo, dejándome solo esperando el mío a Francia, la escala era allí.

Mientras esperaba, empecé a ver todas las fotos que me habían tomado, siendo un montón, y todas buenas.

Elegí unas diez, abrí la red social que más usaba, pero recordé algo, era la del gatito, solo tenía esa realmente, abandoné la mía personal hacia meses por esa.

Pensé que daba igual, ya todos sabían quién era en Corea.

Subí dos tandas, unas en la ciudad, y otras en las zonas rurales.

Antes de poder comprobar el resultado, monte mi avión, empezando la travesía de quedarme sentado casi un día entero.

Al principio era emocionante porque iría a Corea, ahora iría a mi país, cosa que me iba a deprimir más que alegrar.

Por suerte, me quedé dormido el primer viaje, el problema iba a ser el segundo.

Pero al comer un poco e ir al baño, volví a dormir como un niño pequeño.


Gatito - Nayeon y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora