Día 12

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Despertó hace varias horas, había vuelto a dormir todo el día y aún así se sentía todo un asco. Sus piernas estaban débiles y no podía levantarse, por lo que no pudo ir a hacer ejercicio. Aunque de todos modos no se iba a parar, Rusia ya estaba abajo preparando la comida, lo sabía por el ruido de las casuelas y el grito de este maldiciendo por haberse quemado.

Sabía que Rusia trataría de hablar para convencerlo de comer, pero no podía, por más que la comida supiera deliciosa, al final terminaba vomitando. Se sentía mal con un si bocado.

Lo escucho subir así que se volvió a cubrir con las cobijas para volver a finjir dormir, pero está vez no funciono.

Rus- Vamos, se que estás despierto. - Dijo dejando la comida en la mesa de noche. - Yo te quite los lentes para que durmieras.

El mayor maldijo por dentro, tenía la costumbre de ponerse los lentes al despertar y se había olvidado de quitarse los lentes antes de volver a "dormir".

USA- Déjame solo. - Hablo sin quitarse las cobijas de encima. - No quiero comer.

Rus- ¿Por qué no quieres comer?

USA- ¿Enserio te importa? - Lo miro descubriendose un poco.

Rus- Pues e estado viniendo durante casi dos semanas. Eso debe significar algo ¿No? - Sonrió, muy levemente pero el estadounidense lo noto, una sonrisa bastante tierna para alguien muy serio.

USA- Bien, solo deja la comida y tal vez la coma.

Rusia sonrió, haciéndole recordar al americano a aquel niño que seguía a su padre como patito, aquel al que encontró llorando por su peluche y sonrió alegre cuando le ayudo a arreglarlo. Era tan lindo.

El menor salió del cuarto sin decir nada, se volvió a escuchar ruido en la cocina y después de unos minutos se escuchó la puerta de la casa abrirse y cerrarse.

Se sintió mal, no quería mentirle al ruso después de ver esa sonrisa, pero no podía comer, solo se dió media vuelta en la cama dándole la espalda a la comida. La tiraría después en otro lado donde Rusia no lo viera.

















Y aquí está el último capítulo del fin de semana, ahora esperarán hasta mañana como siempre.

ªNØR3XĪÇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora