Tony Stark queda destrozado tras el abandono de Steve después de la Civil War.
Su recuerdo le atormenta día y noche, desesperado por volver a recuperarle, cuando un tímido y alegre muchacho, reclutado un mes antes para la pelea en Alemania, reaparec...
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—Hola, Peter.
Harry lucía una sonrisa al tiempo que se levantaba el visor protector. Estaba ataviado con una bata blanca de trabajo y guantes.
—¡Harry!—repitió Peter, incrédulo y con una marcada sonrisa—. ¡Pero...! ¿No estabas estudiando en Europa?
—Estava, però he tornat abans del previst.
—¿Perdón?—preguntó, confuso.
Su amigo se rió.
—Te he dicho, en catalán, que he vuelto antes de lo previsto—aclaró.
Peter se acercó a él.
—¿Catalán? ¿Eso es un idioma? ¿Pero no estabas en España?
Harry volvió a reírse mientras se quitaba los guantes.
—Claro. Es un idioma que se habla en donde estuve viviendo, Barcelona, junto con el español. Necesitas aprender geografía, Pete.
—Lo que necesito es que me abraces, pedazo de tonto.
Dicho esto, se fundieron en un intenso abrazo donde no faltaron las palmaditas en la espalda y el balanceo de un lado a otro.
—¿Cuándo has vuelto?—le preguntó al separarse.
—Ayer.
—¿MJ y Ned lo saben?
—Sí, pero les dije que no te dijeran nada para darte la sorpresa.
El doctor Octavius apareció en el taller, sonriendo al ver el reencuentro de los dos amigos.
—¡Ah, Peter! ¡Qué alegría verte! Veo que ya has recibido tu sorpresa.
—Una gran sorpresa—añadió el chico, pasándole el brazo por el hombro a Harry, contento de tenerle de nuevo cerca—. ¿Sabe tu padre que estás aquí con nosotros?—le preguntó a su amigo.
—Aún no—reconoció—. Se llevará un disgusto cuando se lo cuente, pero ya sabe que no quiero trabajar con él. No me gustan sus métodos, ni cómo ha jugado sucio contra Otto.
El nombrado sonrió, complacido por las palabras del chico.
—Así que—prosiguió Harry—estoy revisando vuestro trabajo sobre la red neuronal intracraneal. La placa de Otto está perfectamente instalada, y eso que se la puso él mismo.
—Ya...—Peter miró a Otto con gesto reprobatorio—. Me asustó bastante.
—Nuestro jefe—Harry miró al hombre—tiene mucha prisa por sacar todo esto a la luz.
—¡Y tanto que sí!—admitió él—. ¿Puedes imaginar la cara que se le quedará a tu padre cuando vea todo lo que he conseguido?
—Me la puedo imaginar—respondió Osborn, sonriendo—. Oye, Pete. Luego he quedado con Ned y MJ para cenar en la pizzería que nos gusta tanto. Más te vale unirte.
