20. Juguemos

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Era increíble la facilidad con la que Flavio y Samantha habían vuelto a adaptarse el uno al otro, de hecho, parecía que nunca se hubieran separado. En esas dos semanas habían compaginado perfectamente sus trabajos y los ratos libres que compartían. La casa de Samantha era el punto oficial de encuentro y donde dormía Flavio si al día siguiente no tenían ningún compromiso. Lo de ir despacio ya parecía una mera formalidad, porque en la práctica pasaban tanto tiempo juntos como si compartieran vivienda.

Sus amigos eran conscientes de que estaban intentando retomar algo, pero más allá de eso, nadie tenía conocimiento de lo que estaba sucediendo entre ellos. Sus fans, y sobre todo la prensa, solo tenían unas cuantas elucubraciones a raíz de aquel single compuesto por él y alguna que otra tarde compartiendo un café en algún bar... Más allá de eso, todo era una incógnita para el mundo.

Y así lo querían, al menos de momento.

Era sábado y, como cada fin de semana, habían quedado para cenar todos los compañeros de OT que se encontraban por Madrid. Esta vez se sumaban Anaju y Anne a los habituales, ya que estaban por allí por motivos de trabajo.

- Vamos al restaurante que está al lado de la casa de Fla. –le informaba Mai por teléfono a su amiga.

- ¿A qué hora? –preguntó para ir poniéndose todas las alarmas necesarias y que no se le pasara la hora.

- A las 9.30 allí, está reservado, así que no llegues tarde.

- Nunca. –reía Sam.

- Titi... -empezó a amenazarla Maialen.

- De verdad, seré puntual.

Cuando colgó a su amiga, Samantha empezó a buscar el número de Flavio en su móvil para ver si estaría en casa y así comía con él y ya se quedaba por allí para la cena. Al tercer tono descolgó.

- Bebé. –la saludó con una sonrisa que ella no veía, pero que intuía.

- ¿Sigues en el estudio?

- Sí, comeremos aquí y luego seguiremos. –le contó. - ¿Querías algo?

- Nada, solo acoplarme en tu casa a comer y dormir la siesta contigo hasta la cena... pero te quedas sin siesta. Y más cosas. –añadió.

- Samanthi. –protestó. –No seas mala, si pudiera elegir...

- Seguirías eligiendo la música. –bromeó. - Es una batalla perdida...

- SamanTHA. –le regañó. –No mientas que sabes que lo dejaba todo en cuanto lo pidieras.

- Lo sé, por eso no lo hago. –confirmó. –Te dejo trabajar, escríbeme muchas canciones y nos vemos esta noche.

- Se puntual. –le advirtió antes de colgar.

- No sé de qué hablas, te odio. Adiós. –Y le colgó entre risas, así era ella.

Decidió darse una ducha, así era una cosa menos que hacer esa tarde y se ahorraría algo de tiempo. Pero, antes de entrar, decidió jugar un poco con Flavio... así que se hizo una foto en el espejo algo insinuante y se la mandó acompañada de un mensaje muy claro: descripción gráfica de lo que te estás perdiendo.

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Difícil de olvidar  • Flamantha • 《Completa》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora