Sanem
Por fin llega el día en que me quitan la venda que me oprimía el pecho de forma intolerable sólo para darse cuenta de que quizá no era la que me producía una sensación persistente de peso en el corazón, de falta de aire.
Lo que siento en lo más profundo, ese dolor devastador que atenaza mi corazón en un vicio continuo y me deja sin aliento, no tiene nada que ver con el accidente. Todo ese dolor se ha convertido durante un tiempo en ira, en indignación.
Es como si toda la rabia y la decepción que había sentido durante esos terribles días en el hospital y luego en casa hubieran explotado y luego se hubieran calmado con ese breve encuentro en el que intenté con todas mis fuerzas darle la impresión de que lo odiaba y lo despreciaba por lo que me había hecho.
Ese enfrentamiento me agotó toda la energía durante días, tener que fingir que le odio fue devastador, puedo intentar por todos los medios convencerle a él y a los demás, pero sólo mi alma sabe cuánto dolor se esconde en cada lágrima silenciosa derramada durante la noche para que nadie pueda escuchar mi desesperación.
Vi su mirada primero sorprendida y luego dolida por mi actitud y mis afiladas palabras, me doy cuenta de que no era yo mismo en esos momentos, una ira imparable me invadió al pensar en lo que me había hecho.
Quería herirle como él me había herido a mí, con tanta fuerza.
Me había engañado con que podía ser el hombre de mi vida, me había entregado a él y ahora tendría que afrontar las consecuencias sola porque, al parecer, en su vida no puede haber lugar para mí ni para un hijo.
Todavía no puedo creer que después de lo que habíamos compartido él haya sido capaz de borrar todo de un plumazo, como si yo nunca hubiera existido, nosotros nunca hubiéramos existido y él hubiera vuelto como si nada a su vida anterior con Polen.
La idea de que dos días antes estaba en sus brazos y dos días después tenía a esa mujer en esos mismos brazos me hizo odiarlo visceralmente aunque...
Aunque mi corazón sólo pueda pensar con pesar que si hubiera sabido que ése habría sido el último beso, el último abrazo, lo habría estrechado aún más contra mí, habría saboreado aún más su calor y la maravillosa sensación de pertenencia que sólo él, estoy segura, podrá darme.
Sabía que nunca podría sacarlo de mi corazón y de mi mente, siempre habría sólo él para mí, para siempre.
Nunca amaría a nadie como lo había amado a él.
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Una oportunidad para volver a amar
FanfictionCan está realmente delicado y arraigado al ver que Sanem ha vendido su perfume a Fabbri, está convencido de que su relación sigue siendo definitiva. Polen busca de todas las maneras posibles adaptarse a la situación para fraguar entre los dos y rec...