Salí de la ducha cuando mis ganas de llorar cesaron . Me recosté en la puerta de esta, fijando mi mirada en un punto exacto del suelo y soltando un suspiro. Dolida me miraba en el espejo del frente arriba de los lavados; no podía sentirme más avergonzada de mí misma. Indagaba por varios recuerdos en mi mente y no observaba ninguno en el que haya alguna posibilidad de que haya pasado algo más con Rodrigo.
Golpeé el lavabo con un puño, llena de impotencia. Tensé mi mandíbula, luego miré mi reflejo, otra vez.
—Deja de llorar, ¿no decías que tu buena vibra nadie te la iba arrebatar? —me susurré a mí misma.
Abrí el grifo y me humedecí las manos y la cara, me las sequé con un poco de papel y decidí quedarme un momento hasta que el enrojecimiento de mis ojos se desvaneciera por completo; que no haya rastro alguno de mi llanto.
«Debí bofetearlo más a Rodrigo ese día, hasta que hubiera quedado inconsciente».
Me acomodé el pelo con mis manos.
Sentía que estaba totalmente lista —Físicamente—, así que salí del baño y caminé con la cara en alto.
Hace más o menos diez minutos que había tocado el timbre que significaba que la primera hora había terminado. Con el profesor Greyann teníamos exactamente dos horas —dos horas de puro aburrimiento— En fin, la literatura y yo, no llevamos una buena relación.
Llegué al salón, donde se había convertido en el infierno mismo, prácticamente todos habían visto algo privado. Pero esto no se iba a quedar así; estoy dispuesta a pasar esa puerta y hacer como si nada hubiera pasado, si creen que me han derrotado por haber hecho eso, pues no les voy a dar el gusto.
—¿Puedo pasar? —pregunté viendo solo al profesor, quien estaba escribiendo en la pizarra y volteó a verme.
—Por supuesto —me respondió amablemente, yo sonreí también. El salón seguía hablando silenciosamente.
No quería ver a Samantha o a Melany, sabía que me iban a ver de mal manera, tal como se mira a la villana de un cuento mal contado. No es que me importase, pero no quería volver a enojarme. Explicar cómo son en realidad las cosas, es perder tiempo.
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P.D. Simplemente te amo ©
Romance¿Cara bonita? ¿Rubia engreída? ¿Bully? Sí, esa es Leyla. Una chica que estaba consciente de todos sus errores, tanto del pasado como los del presente. Sabía que en algún momento tenía que afrontar las consecuencias, pero... no esperaba que las enfre...