Ambos jóvenes entraron a la habitación, el pelinegro llevó al castaño a la cama.- Quítate la ropa - abrió algunos cajones del armario y sacó unas cuerdas.
El menor quizo explicarle lo que había pasado, no era como su amo pensaba que sucedió el no quería estar ahí, nunca quizo volver.
- Te di una orden Natouch!! ¿por qué sigues vestido? - grito
No le quedó otra opción, se quito la ropa y se acostó en medio de la mirando hacia el techo.
El moreno paso sus manos por la espalda desnuda del contrario y le dio la vuelta, amarró sus manos y pies a cada extremo de la cama.
Tenía una especie de obsesión por su piel blanca, que se marcaba con facilidad.
Mierda, como le encantaba ver su piel tornarse roja.
Tomo una fusta y golpeó las nalgas del castaño.
- Cuenta - dijo con la voz ronca.
- Uno - volvió a recibir otro azote.
- Dos - esta vez fue en sus piernas.
- Tres - el moreno aumento la fuerza con la que tiraba de la fusta.
- Cuatro - eso ya no lo exitaba.
- Cinco - estaba llorando.
- Seis - dolía, dolia mucho.
- Si-siete - su voz temblaba.
- Para, por favor - pidió.
- Sigue contanto - ordenó el pelinegro - a mi tampoco me gusta ver a mis sumisos con otros hombres.
Dio 3 golpes seguidos en su nalga izquierda, podía ver su piel contraerse por el dolor y pintarse roja.
- Solo llevas 10 azotes Natouch aún faltan otros 20, volveré en media hora para terminar con tu castigo - dicho esto salió de la habitación dejando a Fluke solo y atado.
El castaño se dejó llorar, lo había azotado otras veces pero, ahora, lo hizo con más fuerza, como si quisiera marcarlo o recordarle a quien pertenecía.
Su cuerpo dolia como el infierno y a diferencia de otras veces no le había dado nada para el dolor.
De verdad iba a seguir con Thitiwat, claro que lo trataba bien pero... Cuando perdía la razón se volvía una bestia.
Entonces recordó lo que dijo Sam.
- Nadie te puede obligar a hacer cosas que no quieres, si ya llegaste a tu límite. Solo debes decir tú palabra de seguridad y todo acaba.
De verdad solo debía decir una palabra y todo esto terminaba, sonaba muy fácil-era muy fácil-pero su pecho dolía al pensar eso.
Había pasado 6 meses al lado de Ohm y por más que juro no hacerlo se había enamorado de él.
Jodida mierda.
Pensó en todo el tiempo que pasó a su lado, las veces que recibió castigos, cuando le decía que se había portado bien y tendría una recompensa bueno, debía admitir que era bueno para el sexo.
Y que eso era lo único entre ellos sexo.
De qué servía seguir ahí, se estaba lastimando a él mismo.
Cuando volvió a la realidad había parado de llorar y Ohm estaba otra vez junto a él.
- Ya a pasado tu tiempo, ahora resiste hasta que acabe - hablo sin siquiera mirarlo.
Era ahora o nunca, el estaba antes que todo.
- Azul - dijo con los ojos cerrados.
Azul, sonó en su cabeza.
Azul, pensó otra vez mientras lo desataba.
Azul, habló la voz de su cabeza al curar sus heridas.
Azul, repitió cuando a la mañana siguiente regresó a casa.
Azul, dijo por última vez para volver a su antigua vida una donde era un simple profesor que soñaba con tener una familia.
Azul, todo había terminado.
N/A
La palabra de seguridad para Fluke es Azul.
Amo el azul, ¿ustedes no?
N'San 💙