Tony Stark queda destrozado tras el abandono de Steve después de la Civil War.
Su recuerdo le atormenta día y noche, desesperado por volver a recuperarle, cuando un tímido y alegre muchacho, reclutado un mes antes para la pelea en Alemania, reaparec...
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Despertó con la impresión de haber descansado como nunca.
Al girarse y mirar hacia el otro lado de la cama, se dio cuenta de que Tony no estaba.
Se puso de pie. Su ropa había quedado en el suelo de la estancia, hecha un ovillo. Se agachó para recuperar su teléfono y vio que tenía un mensaje suyo:
"Ey, enano. He tenido que irme, ya sabes, trabajos de persona rica y con una empresa exitosa y cotizada. Te he dejado el desayuno en la cocina. Las tortitas estarán frías, como el corazón de Rogers, pero puedes darles un toque de calor en el microondas. Que tengas buen día"
Frunció el ceño. No le había gustado nada la mención a Steve.
¿Le habría enviado más SMS? De ser así, sólo esperaba que eso no interfiriera en lo que él y Tony estaban construyendo.
"Por cierto" le llegó otro mensaje de Stark "No te preocupes por las sábanas sucias y el desorden que dejamos anoche. Uno de mis robots de limpieza se encargará de todo sobre las diez"
"Vale" tecleó, de pie y aún desnudo "Ten buen día tú también"
Añadió el icono de un corazón, al que Tony respondió con el emoji que guiñaba el ojo.
Dejó el teléfono en la mesilla de noche y, venciéndole la pereza, volvió a meterse en la cama, enterrando la cara en la almohada.
La tela olía a Tony. Podía percibir el aroma de sus feromonas, esparcidas por toda la cama desde la noche anterior.
Siguió aspirando lentamente. Con cada inspiración, sentía que se encontraba de nuevo horas atrás, besándose con el hombre mientras este le hacía deshacerse de placer acariciando su polla.
Empezó a mover las caderas contra el colchón, rozándose, cada vez más excitado.
No tardó mucho en rodar y colocarse boca arriba, cerrando los ojos y evocando aquel placentero recuerdo.
Su mano agarró su miembro semi erecto y comenzó a bombearlo, cada vez más rápido. Se colocó de costado y hundió la nariz de nuevo en la almohada a la par que continuaba masturbándose, embriagándose del olor de Stark.
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