17 BLACK (l.s) español

capítulo 3

Harry

Eso era todo. El primer día de muchos más que iban a venir.

Miré mi reflejo en el espejo, poniendo una cara valiente. Podía hacer esto. Al menos, creía que podía. El tren azul ficticio, confiado, parpadeó en mi mente.

Después de todo, era solo un mes. Un mes de condiciones laborales incómodas, pero al fin y al cabo un mes. Quitando los días que no trabajaba eran como, ¿veintitrés días?

Día uno de veintitrés.

Mis ojos se caían por la falta de sueño que tenía. Solo había conseguido quedarme inconsciente durante unas tres horas y pasé la mayor parte de ese tiempo revolcándome en mi nueva cama, demasiado nervioso para cerrar los ojos.

Me eché agua fría en la cara y caminé penosamente por mi gran apartamento hasta llegar a la cocina, agarrando la botella de champú y gel de baño que había dejado en la encimera. Volví sobre mis pasos hacia el baño, donde la ducha de mármol me recibió.

Debería estar emocionado por darme mi primera ducha en la exquisita habitación acristalada, pero honestamente estaba demasiado cansado para funcionar.

Entré y cerré la puerta detrás de mí. Dejé las botellas en el estante y me senté en el banco de mármol. Mi cuerpo se encorvó y descansé la cara en mis manos, gimiendo en desaprobación por la hora temprana.

Me quedé así por un rato, frotándome la cara e intentando despertarme antes de bañarme. Sin embargo, finalmente me levanté, alcanzando la manija del agua mientras mi cuerpo protestaba.

Mi cuerpo se sacudió cuando el agua fría fluyó sobre mi cuerpo. Me estremecí y abrí el agua caliente.

Cuando finalmente lo hizo, sentí que mi cuerpo se aflojó, el flujo constante de agua relajó mis músculos y articulaciones. Sacudí mi pelo en el flujo de agua y lo aparté de mi cara.

Mis manos vagaron en el vapor que se acumulaba y pronto le siguieron las yemas de los dedos. Las paso por mi pecho como lo hago en mi rutina en casa, pero no las detengo cuando llegan a la suavidad de la parte más interna de mis muslos. Cuando mis ojos se cierran, veo las luces, el escenario, la multitud. Mi corazón late más rápido en anticipación mientras recuerdo el resto de la actuación. Corre al recordar el sudor, la brillantina-

Jadeo cuando mis manos llegan a su destino. El agua me quema la piel, pero mi cuerpo me quema más.

Había atrapado a George antes de que se fuera esa noche para comprobar si estaba de acuerdo con la actuación. Se había reído más fuerte de lo que lo recuerdo riendo y me dijo que quien mucho abarca, poco aprieta. Lo había dicho con su mano apretada en mi hombro.

Me quedé bajo el agua. George olía a colonia barata, de esas que se esparcen por la ropa con cualquier tipo de contacto. Lo había estado oliendo todo el viaje a casa solo por haber estado hablando con él.

Me ahogué con el vapor que me rodeaba y alcancé a ciegas la manija del agua.

Me obligué a soportar el impacto mientras encendí el agua hasta que se congelase.

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Era grande, aproximadamente la mitad del tamaño de mi complejo de apartamentos. El exterior parecía sencillo, dejé a un lado el enorme letrero de neón donde ponía 17BLACK.

Un hombre estaba en medio del aparcamiento. Desde aquí podía ver que era aficionado, realmente aficionado. Sin embargo, su cabeza era desproporcionada a su cuerpo, demasiado pequeña.