Vida en caleidoscopio.

Capítulo 4

James se sorprendió de ver a su némesis escolar en la boda, recordaba todas las bromas que realizó y cuánto lo detestaba por estar enamorado de Lily Evans. James se interesó en la pelirroja en cuánto la conoció, primero quiso ser su amigo luego su interés pasó a ser romántico, si bien su actitud era odiosa y rechazaba sus cortejos, eso no interesaba porque estaba seguro que tarde o temprano ella lo aceptaría. Para él Lily era grandiosa, incluso si tenía defectos eran minúsculos ante su belleza.
Fue una tarea difícil separar a Severus de Lily, pero él mismo se perjudicó al llamarla sangre sucia, de ahí en adelante todo fue más fácil, meticulosamente y con paciencia fue haciendo que Lily cambiará la imagen que tenía sobre él.
Cuándo por fin Lily aceptó ser su novia, Severus estaba furioso. La bruja insistió en que cesará la guerra entre su grupo y Severus, por supuesto el daño estaba hecho y nunca lograría ser su amigo, pero aspiraba a mantener una conducta neutral y cordial en beneficio de su novia, la cuál sentía lástima por Snivellus.

Lily invitó a Severus con la intención de incentivarlo a cambiar, inspirarlo haciéndolo ver qué los amigos que tenía no eran verdaderos, ellos eran mortifagos que no disfrutaban del amor y la alegría, sino que destruían la armonía de las familias. Tenía pensado en acercarse para conversar, creía que si él la veía feliz aceptaría que se equivocó con James, aún cuando fue un bromista excesivo, James había madurado.
- Lily cariño, sabes que él no te ve cómo a una hermana. Ese muchacho está enamorado de ti desde siempre, se podía notar cuán importante eras para él. Cariño fue cruel de tu parte invitarlo, es evidente que todavía te ama.
- Pero mamá, Severus sabe que para mí él es cómo un hermano, fue mí mejor amigo. Lo extraño y quise compartir mí alegría con él. Petunia ha estado en contacto con Severus, entonces si esos 2 que se llevaban mal lograron hacer las pases, ¿por qué no lo haría conmigo y James?
- Ay cariño - respondió la madre mirando con ternura a su "imocente" hija.
Los merodeadores murmuraron sobre la presencia de Snivellus, luego supieron que Lily lo invitó y todos pensaron que fue un mal movimiento. Sirius aseguró que no dejaría que la serpiente grasosa arruinará el feliz día de su amigo.
- Petunia se ocupará - expresó Lily confiando en su hermana, ella no vio a Severus pero parecía que no tomó a bien su boda, entonces, ya que Severus ahora consideraba a Petunia su amiga en vez de a ella, que se ocupará su hermana de consolarlo.

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Un peso aprisionaba su cuerpo, Eleanor estaba atolondrada, tenía calor, dolor de cabeza y una leve sensación de náusea. Abrió primero un ojo y la luz del día la impacto, volvió a cerrarlo y se cubrió con el brazo. En eso, notó que era la almohada o peluche de alguien, se puso tensa despertando por completo, esforzándose por reconocer su entorno, entonces con su lento proceso mental culpa de la reseca, recordó de golpe lo sucedido.
Su ropa estaba desordenada, parecía que por el calor trato de quitársela, alguien mal pensado interpretaría otra cosa al verla ser abrazada de manera posesiva por Severus, quién la tenía rodeada con sus brazos por la espalda y una pierna cruzada con la suya. Sintió la respiración acompasada del mago, trató de verlo y se movió, este gruñó y se aferró más. Podía presumir que debido a estar ambos en el sofá, de alguna forma terminaron demasiado juntos para no caerse del mismo.

Decisiones, decisiones. Si fuese un extraño estaría corriendo para alejarse, tirando al sujeto en el piso y sospechando de él, pero, tal vez fuese la confianza que tenía en el personaje, alguien que se volvió parte de ella tras la lectura del canon y el fandom de la saga de Harry Potter. Diferenciar al Severus Snape literario y al real, era algo en proceso, todavía tenía esa sensación de irrealidad cuándo recordaba su situación.
- Severus - llamó Eleanor varias veces tratando despertarlo.
El mago se movió,
- Lily - murmuró rozando su cuello y besándolo.
- ¿Snape? No soy Lily, despierta. Tengo que ir al baño - dijo a un volumen un poco más alto del normal, tirando de las manos de Severus y librándose bruscamente cuándo una de las manos subió a su seno.
- ¡Ah no, todo tiene un límite!
Severus despertó cayendo del sofá con ella.
Ambos se quejaron pero Eleanor gateo hasta lograr levantarse directo en búsqueda del baño.
Severus se sostuvo la cabeza por el dolor, observó con asombro y confusión a Eleanor, abriendo los ojos aún más cuando notó el estado de la ropa de ambos, él al igual que ella tenía la ropa descolocada.