ABUELO

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 ¿Hace frío allá arriba dónde estás? ¿Sabes que hay flores que adornan tu cielo? ¿Hay pastelitos de crema y café que tanto te gustaban comer?

Volvió a florecer el pequeño campecito de flores que tanto cuidaba la abuela, bailando con el movimiento del viento, echando en falta a la mujer que con tanto cariño y amor las cuidaba.

Dime, ahora que es siempre de noche para ti ¿té pudiste reunir con la mujer tan bella y amable con la que tantos años viviste y amaste? Si es así ¿Cómo está? ¿sabéis que vuestra otra nieta menor soñó con ella hace poco?

¿Te escondiste en un recién nacido, un bordado hecho por una de las ancianitas del pueblo o tal vez en un huevo puesto de madrugada por una de tus antiguas gallinas?

Ahora que es todo oscuridad para ti. ¿Te sientes mejor? Dime, ¿es ligero como una pluma abandonar tu cuerpo como si fuera el último soplo, al igual que a una prenda estropeada que ya no puedes ponerte? Con el corazón dando su tick con su último tack, el tack con su último tick.

La casa ahora cruje la madera, por lo vieja y solitaria que se siente, como si fueran los llantos de una persona en sufrimiento, con la única compañía de las sombras, que, poco a poco se fueron extendiendo, al principio por la cocina invadiendo todo aquello con lo que la abuela cocinaba sus sabroso y más exquisitos manjares, todas las plantas medicinales colgadas por las paredes, de la pena que sintieron por vuestra pérdida se marchitaron.

Poco a poco hasta alcanzar por último el comedor donde en vez de un sofá había una gran cama donde aún quedan con nitidez los recuerdos de las grandes charlas que teníamos, mientras se tomaba ese famoso licor vuestro, zumo o agua fresca del pozo y pasteles.

Siempre con una sonrisa en vuestros rostros, símbolo de haber tenido una vida plena, aún haber vivido como soldado y prisionero en la segunda guerra mundial o la famosa última dictadura que hubo allí.

Dime, tú y la abuela que siempre teníais sabias palabras y enseñanzas para guiar a las personas, en el que desgraciadamente no tuvisteis ocasión para darles a vuestra nieta.

Dime ¿Qué puedo hacer? ¿Cómo? Siento como caigo en la desesperación y depresión, siento que poco a poco me vuelvo una otra sombra que deambulan por todos lados, como las que habitan donde era vuestro dulce hogar.

Dime abuelo, ahora que es siempre de noche para ti.

PARA: TI DE: MI ASUNTO: MI CORAZÓN EN MIL PEDAZOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora