5. La chica de la estación

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Nos hemos visto varias veces en el andén, ella me mira, yo la miro, sonreímos.

Una se baja y la otra sube.

Y hasta ahora eso había sido todo, pero hoy ha pasado algo que no esperaba...


Ella llegaba tarde, la vi correr mientras me bajaba del tren, sabía que no le iba a dar tiempo y me demoré un poco más de lo habitual en llegar hasta la salida, quería volver a verla y pasar a su lado y oler ese perfume tan embriagador y tal vez ella podía alcanzar a entrar, pero no sucedió.

"¡Mierda! Sabía que lo iba a perder..."- dijo al ver cómo el tren se iba y se quedaba justo al lado de mí, mirándome, como invitándome a seguir la conversación.

"Que mala suerte, da mucha rabia que se vaya el tren en la cara... a mí me ha pasado varias veces"- dije tímida, nerviosa... Ella sonrió, tenía una sonrisa preciosa.

"Pero bueno, al menos he podido hablar por fin contigo"- dijo la chica de pelo castaño mas alta que yo, sonreí, con esa sonrisa nerviosa tan típica que tengo y respondí con un "sí" bajito.

"Llevaba mucho tiempo pensando en parar a hablar contigo y pedirte el número de teléfono, me apetece quedar a tomar algo contigo... si no es un problema para ti"- dijo mirándome, estudiando mi reacción.

Nerviosa, le dije que había pensado lo mismo y que no era ningún problema, así que le di mi número y me fui a la oficina, "tengo que contarle esto a Alejo... le va a encantar". - pensé al alejarme de ella después de intercambiar números telefónicos e identificándome en su celular como "la chica de pelo azul" y ella se quedara esperando el siguiente tren.

Un par de días después, me llegó un whatsapp de un número desconocido. Agradezco que se identificara, ya que había perdido todos mis contactos por un maldito virus que se había alojado en mi celular.

"Hola! Soy la chica del tren, ¿te apetece quedar a tomar algo después del trabajo? He tenido un día regular y me gustaría desconectar un rato..."

Dudé, pero me armé de valor y le dije que sí, que estaba encantada de quedar a tomar algo y lo preparamos todo para vernos esta noche de viernes para tomar algo y charlar.

Alejo estaba impresionado ya que muchas veces me había invitado a algún club nocturno y ya siempre rehusaba sus propuestas. A pesar de tener muchos amigos, yo era una persona tímida, la cual no daba muy buena impresión en primera instancia, es por esto que muchas veces me restaba de muchas invitaciones a beber, sobre todo si habían desconocidos para mi.

Quedamos en un bar, tranquilo, buena música y buen ambiente, perfecto para poder hablar. Me había puesto un vestido, unos tacones y la chaqueta de cuero, labios rojos y pelo suelto recién lavado y cuando la vi a ella me quedé sin habla.

Debajo del abrigo de invierno había un cuerpo que no me esperaba y la ropa que había elegido dejaba poco a la imaginación: una camisa con transparencias y un sujetador de encaje negro, con unos pantalones de cuero y unas botas de tacón que realzaban su figura y le permitían estar un par de centímetros por encima de mi, bueno bastantes centímetros encima de mi, aunque espero que también ella puede estar debajo de mi.. - pensé sonrojándome en ese instante.

Nos saludamos, nerviosas, pedimos algo y nos sentamos en una de las mesas libres.

Empezamos a hablar, me contó su día, poco a poco a congeniamos, reíamos, no podía creer lo graciosa que era, cada vez había más confianza entre las dos y yo me sentía más cómoda.

"Me lo estoy pasando genial"- le dije

"Todavía podemos pasarlo mejor"- respondió mientras su mano se apoyaba sutilmente sobre mi muslo... Al sentir el contacto de su piel con la mía se me puso la carne de gallina, ella lo notó, me miró sonriendo y me invitó a tomar algo en su casa.

One Shot [Caché]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora