"...las locuras de hoy, son los buenos recuerdos de mañana..."

18 0 0
                                    

La gente que me veía, comentaba ¿con todo el dinero que tiene, y siempre lleva esa ropa barata, fea, y esa cara tan seria, tan que ni despertaba emociones? Cómo podréis imaginar tras esas preguntas es que soy una desaprovechada pero, vereis, yo era ese tipo de chica a la que no le gustaba llamar la atención, que siempre iba con colores oscuros, de pelo castaño, ojos marrones, y con el pelo por la cara, nada especial. Yo era como cualquier adolescente infeliz que lo único que hacía en esta vida era sobrevivir, si total, a nadie le importaba lo que estuviera haciendo en cada momento de mi vida. En fin, nadie me conoce realmente, no me importa la opinión de nadie. Decidí salir a la calle a compar comida, ya que en la nevera no había apenas nada, y no había nadie en la casa que quisiera hacerlo, con lo cuál, me levanté del sofá, me abrigué, me calcé, y salí a la calle. Hacía bastante frio en aquella tarde de pleno enero, asi que me abroché el abrigo. Mientras caminaba recordaba cuando era pequeña, cuando vivía con mis padres, cuando vivían las personas que mas feliz me hicieron. Recuerdo que un día, estaba sola en la cocina y me apetecía un trozo de chocolate, pero mis padres no me dejaban, entonces yo estaba enfadada, y recuerdo que cogí una silla, de las que pesaban, era gracioso porque yo tan solo tenía seis años, entonces resultaba gracioso. Arrimé la silla al armario de donde estaba en chocolate, lo abrí y me comí aquella onza de chocolate tan deseada. Pero de lo que yo no me percataba era de que en la puerta de la cocina estaba mi madre observando, y no me regañó,  cosa que no era raro, ya que mi madre me regañaba menos veces de las que me merecía y, a la media hora, ya comido el chocolate, mi madre, sin venir a cuento, me soltó: "Las locuras de hoy, son los buenos recuerdos de mañana, así que, hija, haz todas las locuras que puedas, ya habrá tiempo de arrepentirse". Y me quedé perpleja. Ahora entiendo porqué me lo dijo, y me salió una sonrisa, si, de esas pocas que no me salían a menudo. Pasaba por una tienda de tatuajes y piercings justo en ese momento, y recordé la frase de mi madre "... las locuras de hoy son los buenos recuerdos de mañana..." y decidí pasar, simplemente a mirar, no pensaba hacerme nada de eso...

querida vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora