🌺Destello de Luz Plata🌺

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La brisa golpeaba bruscamente contra su oscuro y brillante pelaje azabache

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La brisa golpeaba bruscamente contra su oscuro y brillante pelaje azabache. Su corazón salvaje como el ser que lo dominaba, palpitaba violentamente dentro de su pecho y al mismo tiempo, bombeaba sangre cargada de adrenalina hacia todo su cuerpo. Su respiración helada y a su vez pesada, era igual de acelerada que sus pasos fuertes por ese peligroso bosque repleto de Alfas cazadores.

Alfas que los venían persiguiendo a él...

...y a su pequeño cachorro.

La espesa neblina del lugar, no dejaba mucho que divisar de la ruta de escape que estaban siguiendo. Y la desesperación por lograr huir sanos y salvos, tampoco ayudaba. La duda sobre si lo lograrían, si lograría resguardar la vida de su cachorro, atenazaba su corazón y atemorizaba su mente.

Antes muerto, que permitir que se llevaran a su única familia. La única que le quedaba.

Lucharía con uñas y dientes. Derramaría hasta la última gota de su propia sangre para protegerlo. Daría enteramente su vida, si de esa forma evitaba un cruel destino para su cachorro a manos de aquellos que lo buscaban desesperada e incesantemente.

¿Qué tenía él de especial?

Era el último Omega que quedaba de su clan. También, el último de su clase. Un cambia-formas. Aunque esa, había dejado de ser la verdad que viajaba entre quienes ansiaban capturarlo.

Aún quedan dos, pero el Omega es más valioso y mucho más importante. El Omega cambia-formas será entregado al nuevo Hokage y el pequeño lobo...podríamos venderlo en el mercado negro.

La repentina noticia de hace unas pocas semanas atrás sobre que su hijo también lo era - que irónicamente surgió en una situación de persecución como esta- , cambió mucho las cosas y duplicó el peligro constante que vivían día tras día desde que se convirtieron en unos fugitivos para su propia aldea. En realidad, para el mundo que conocían.

Frente a él, el pequeño lobo corría tan rápido como sus pequeñas patas se lo permitían. El ligero aliento que se escapaba de su hocico, se perdía al instante en la oscuridad de la noche. Cada tanto, este volteaba hacia atrás, verificando que su madre siguiera allí. Obito le había dicho varias veces que no hiciera eso. Sobre todo cuando huían, pues era muy arriesgado precisamente para él y su poca precisión aún en el control de su cuerpo. Pero lo comprendía. Tenía miedo. Era tan sólo un cachorro de cinco años que estaba a punto de que le pudieran arrebatar a su madre y estaba completamente aterrado.

Aún a la distancia que se encontraban el uno del otro, él podía sentir todo aquello.

En el fondo de su alma, el lobo mayor podía percibir los chillidos de ayuda y miedo que le transmitía su pequeño en un silencio atroz que viajaba con el viento. Y lo primero que nacía en él debido a su instinto de Omega, era sentar a su pequeño sobre su regazo. Cubrirlo con sus brazos y acunarlo como las noche de tormentas eléctricas que tanto le espantaba o después de una terrible pesadilla, dejando que recostara su cabeza sobre su hombro para permitirle que olfateara con su tierna nariz su glándula de olor. Ansiaba con liberar sus feromonas para calmar a su hijo, pero temía que de alguna manera, eso pudiera atraer más a esos malditos Alfas.

El Último Omega 🌺KakaObi🌺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora