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P.O.V Jungkook

Me estaba acercando al lado VIP del club. Por suerte, no encontré al jefe en ningún lado. De otro modo, me hubiera echado, ya que frecuentemente visito este lugar.

-Esta es una área restringida- me dijo una chica que formaba parte del staff.
-Viene conmigo, déjenlo- soltó Hoseok dándome un empujón hacia adentro.

Caminé hasta buscar los camerinos, y me di cuenta que cada uno llevaba el nombre artístico de los bailarines. Encontré varios, y la mayoría tenía apodos increíbles, pero ninguno se comparaba al de babygirl. Él no tiene comparación.

Entonces ahí estaba, el camarín. Entré pensando que encontraría a mi Jimin maquillándose, o sacándose los tacones para descansar... pero no había nadie. Sin embargo, su camarín es tal y como pensé. Lleno de brillo, lleno de extravagancia y glamour.

Si no estaba ahí... ni tampoco bailando... eso quiere decir que estaba en la habitación privada con alguien más. Mi corazón dolió un poco, pero se que Jimin no es como la gente lo tacha, él me quiere y yo lo quiero. Jamás me podría herir.

Caminé hacia donde estaban las habitaciones privadas y no escuché ningún tipo de música que provenía de la habitación de Jimin. Supongo que estaba solo, ya que no estaba bailando.
Sostuve la rosa con más fuerza y abrí lentamente la puerta para sorprenderlo.

Hasta que una conversación me detuvo por completo.

-¿Qué pasó Jimin?

Esa voz... la conozco.

-¿Cuándo le dirás a Jeon que solías follarme en todos lados?

¿Q-Qué...?

-¿Oh...? ¿Acaso Jeon no sabe que fuimos novios? Oh no... ¿Cuándo le dirás? ¿Cuándo le dirás lo bien que te hacía sentir? ¿Cómo se sentirá cuando sepa que no es el único que le has hecho un sexo oral en este lugar? Ya no es tan especial... ¿no?

Mis ojos se llenaron de lágrimas.
Me mintió diciendo que era él único.

-Yo sabré cuando le diré... Junseo, vete por favor.

Sentí la puerta abrirse un poco más, y ahí fue cuando me encontré con la vista de Jimin. Él me miró y pude notar su cambio de humor. Su rostro se torno pálido al ver mis ojos tristes.

Tragué lentamente y solté la rosa hasta que cayera al piso. Ignoré como él llamaba mi nombre mientras yo me alejaba de él. Era todo en cámara lenta.

Me subí al auto y comencé a conducir lo más lejos posible.

Todo me dolía, y los pensamientos que llegaban a mi mente, me dolían aún más.

Ahora que lo veo de esa manera... quizás él nunca me quiso como yo lo hice.

BABYGIRL - km au.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora