Lets fall in love again

Hola, por favor, lean todo, y no se aburran con el monologo, se pone interesante luego(; les prometo que les gustara

Monologo:

Febrero 28 de 2003, invierno.

12:30 A.M.

Los Ángeles, California.

Mi madre conducía a toda velocidad mientras hablaba por teléfono con mi padre.

-¡No me subas la voz!- le gritaba ella a él, estaban peleando- ¡Había un tráfico terrible de regreso!- manifestaba con furia- ¡¿Qué tu hubieras salido más temprano?! ¡Pues pudistes haber venido, imbécil!

No me gustaba cuando mis padres se peleaban, cosa que pasaba constantemente últimamente, a mi hermana menor, Piper, ni a mi hermana mayor, Sabana, tampoco les gustaba.

Me apoyé en la ventana y sentí la fría lluvia contra mi piel desde el otro lado del vidrio. Estaba segura de que hacían menos de 10 Cº.

Piper se tapaba los oídos con ambas manos y Sabana la abrazaba, intentando calmarla, en ese entonces Sabana tenía doce años.

-¡Deja de gritarme! ¡¿Qué lo haga yo?! ¡Entonces deja de hacerlo tú!

Mi madre detuvo el auto en un ataque de ira.

En ese entonces todas vimos una luz blanca desde el lado derecho del auto. El camión a toda velocidad pitaba para que nos quitáramos de su camino, pero mi madre no reaccionaba, y aunque él camión intentó frenar, aunque intentó detenerse... paró pero para ese entonces...

Piper ya estaba muerta, Sabana en un profundo coma y mi madre y yo heridas letalmente.

Diciembre 4 de 2010, invierno.

03:20 P.M.

Hospital de Los Ángeles.

Sople las velas y sonreí al pálido y flácido rostro de mi hermana que estaba en la cama de barrotes blancos.

-¡Feliz cumpleaños!- le dije a Sabana- Ya tienes diecinueve- sonreí- te traje tu favorito.

Pero ella no iba a responder. No, claro que no iba a responder. Porque estaba en coma.

Y yo estaba completamente sola.

PRESENTE:

Mayo 9 de 2011, verano.

12:10 P.M.

Estacionamientos, Ego Records

Baje de mi volvo SC90, rojo, y azote la puerta con fuerza. Empecé a caminar mientras buscaba mis gafas de sol Dolce & Gabbana.

Y me tropecé con alguien.

-Oh, lo siento- dijo él muchacho con quien me tropecé.

Encontré mis gafas y las saque.

-Pues debiste haberte...- y me calle, Uau, era realmente apuesto, los ojos de un azul profundo, de un azul nostálgico que me daba tristeza, una bella tristeza, pómulos angulosos y el cabello rubio con... ¿mechas cafés?- Un momento- dije mientras me ponía las gafas- ¿eres gay?

-¿Disculpa?- inquirió él, obviamente confundido.

Hice un gesto a su cabello.

-¿Mechas? Eso no lo hacen muchos chicos- dije.

Él capto de inmediato lo que quería decir.

-Oh claro, mi cabello- dijo- No, no soy gay, y además, son naturales.

Si, claaaro.

-Ah, está bien- dije.

El muchacho sonrió. Debía ser metrosexual, su piel se veía tan delicada, sus labios tan suaves, y sus uñas sin cayos, aparte de las mechas, Dios, si no admitía ser gay, al menos debería ser metrosexual.