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Jimin y Jungkook bajaron del auto al ver que llegaron finalmente a la ubicación tan esperada. La casa de sus padres. Una casa blanca con decoraciones de mármol. Un jardín grande con flores por doquier.
Era la típica casa de siempre quisiste vivir cuando eras pequeño, era de ensueño.
Jungkook tomó la mano de su novio y suspiró al ver que el pelirosa estaba nervioso. Era entendible, nadie está tranquilo cuando se trata de conocer a los suegros. Sin embargo, Jimin estaba tranquilo con su vida. A pesar de ser un bailarín de noche, él es un ser humano como cualquier otro. Es noble, amable y gentil. Cualquier suegra amaría tenerlo en la familia, pero, lamentablemente... todo es lindo hasta que Jimin nombra cuál es su trabajo, y lo peor de todo es que él sabe que esa pregunta llegará tarde o temprano.
-¿Todo bien?...- preguntó Jeon. -Oh... s-sí... ¿Esta era tu casa?- sonrió mientras emprendían el camino hacia adentro. -Sí, aquí viví con ellos hasta que, bueno... decidí ir por el camino de la independencia- sonrió el pelinegro. De pronto, de la nada se detienen y Jeon se para al frente de su novio. -¿Qué ocurre?- preguntó nervioso. -Sé que estás nervioso... lo puedo sentir... no dejaré que te digan algo malo... estaré a tu lado siempre... ¿bueno? Te quiero, Mimi- dijo al besar sus nudillos para luego besar sus labios suavemente. -Gracias, Jungkook-ah...- sonrió Jimin.
Siguieron caminando hasta llegar a la puerta principal, ambos inhalaron y exhalaron para prepararse por lo que estaba por venir. Algo desconocido, porque no saben lo que el futuro les tiene preparado.
La puerta se abre y la madre de Jungkook sonríe en grande al ver a la pareja.
-¡Jungkookie!- sonrió la mujer abrazando a su hijo. -Hola, mamá... tanto tiempo- abrazó de vuelta Jeon, -Él es Jimin, mi pareja.
Jimin sonríe y hace una reverencia de noventa grados.
-Es un gusto al fin conocerla, señora Jeon- dijo caballerosamente. -El gusto es mío, Jimin-ssi... Por favor, adelante, la comida ya está lista- la madre les indicó el camino hasta la mesa y ellos fueron por aquel lugar.
-¿Jungkook? ¿Eres tú?- preguntó un hombre con voz ronca, -¿Hijo? -Hola, papá- sonrió en grande el pelinegro al caminar hasta su padre y darle un fuerte abrazo, -te extrañé... bueno... él es Jimin... mi novio.
El hombre desvía la vista hacia Jimin, quien se encontraba dando una reverencia hacia él.
-Buenas noches, señor Jeon... es un gusto. -Un gusto igualmente... Jungkook nos habló mucho de tí- sonrió el hombre acercándose a la pareja. -Por favor, tomen asiento- dijo la madre desde lejos.
El trío hizo caso y camino hacia la mesa para acomodarse ahí. El padre de Jungkook les servía vino a cada uno de ellos mientras que la madre de Jeon se acercaba con un pollo a la barbacoa.
-Huele excelente, mamá...- sonrió Jeon. Jimin tomó asiento nerviosamente mientras observaba cómo su novio no dejaba de acariciarle la mano con su pulgar en modo de "tranquilo, amor". Sin duda alguna, lo ayudó bastante.
-Dime, Jimin... ¿Trabajas? ¿Estudias?- sonrió la mujer mientras servía la comida.
Mierda. ¿Le digo la verdad a la madre de Jungkook?
-Soy bailarín...- respiró hondo y tragó nerviosamente -en una academia...- mintió mirando el piso, no quería que se avergonzaran de él. Jungkook lo miró y arqueó su ceja sorprendido y negó con su cabeza. -Eso es increíble Jimin-ssi... ¿hace cuan...?- -No, mamá- interrumpió el pelinegro, -Jimin es un bailarín nocturno... baila en un club... y es totalmente talentoso- dijo orgulloso.
Dios... Jungkook.
Jimin abrió su boca, pero la cerró rápidamente para no arruinar el momento que Jeon había creado. Un silencio abrumador llenó por completo la sala, donde los cuatro estaban callados, sin decir ni hacer nada.
-Oh...Wow... Um... Eso es... Increíble...- dijo la madre de Jeon, -Obvio es inesperado, pero... para ser bailarín y sobretodo en una sociedad que juzga de todo, es totalmente increíble, Jimin-ssi- la mujer tomó asiento y tomó la mano de Jimin, -Aquí te apoyaremos... ¿cierto, cariño?- dijo mirando a su esposo. -Obvio que sí... aunque mi mente sea aún retrógrada... un oficio es un oficio, y si tu eres bueno en lo que haces, bien por tí. Siempre cuando hagas feliz a nuestro pequeño- sonrió él hombre. -Oh... no esperaba esta respuesta de ustedes...-dijo totalmente sorprendido. -Gracias por el apoyo, papá y mamá... son increíbles- -Tu eres feliz, y nosotros también... así que... salúd por ustedes- la mujer alzó su copa y miró a la pareja con una gran sonrisa en el rostro.
Jimin no pudo contener sus pequeñas lágrimas y con su mano libre alzó su copa para brindar, mientras que con la otra mano sostenía a la madre de Jeon.
Esto era un hogar... y era la primera vez que Jimin lo conocía.
Era la primera vez que se sentía aceptado en una familia.
