THANOS

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"¿Has sentido un vacío alguna vez en tu vida? Es como si todo estuviera perdido o careciera de sentido. Me da un poco de miedo pensar en ello... me aterra pensar que estoy en una relación sin sentido."

Gulf miró a aquel hombre de traje negro frente a él estar hablando acerca de sus nuevos contratos, sus nuevos proyectos. No es que no estuviera del todo interesado en aquello que implicaba su futuro, pero algo le estaba perturbando su mente. Tanto como para no dejarlo concentrarse lo suficiente y prestar atención a las palabras de aquel hombre.

Y es que desde hace tiempo venía pensado en el poco tiempo que pasaba con su... Phi. Su comunicación seguía disminuyendo con el paso del tiempo, cada vez trabajaban menos juntos; Gulf era consciente de que sus metas eran diferentes. Mientras Mew quería ser reconocido más y más como cantante, él quería seguir en el mundo de la actuación. Eran caminos diferentes que implicaban conocer personas nuevas e irse separando más y más.

Todo estaba bien, él no era del tipo celoso posesivo. Ni tampoco era que desconfiará de él, pero sus ánimos estaban decayendo. Cada día le llegaban comentarios de odio, diciendo que él no era suficiente para esa persona, trataba de ignorar y bloquear a la mayoría de ellos, pero era cansino.

—Nong, ¿todo está bien? —preguntó el hombre, sacando de sus pensamientos al joven Kanawut.

—Lo siento, me distraje un poco. ¿Podrías repetirlo? —se disculpó formando una sonrisa, aquella que siempre ponía cuando se daba cuenta que había cometido un error y trataba de solucionarlo de inmediato. Esta vez sí prestó atención a las palabras de aquel hombre, porque independientemente de lo que estuviese pasando por su mente en esos momentos él no era culpable de nada. Salió por fin de aquel edificio con un nuevo contrato que cumplir, subió al auto de su madre que lo esperaba afuera.

—Pareces cansado. ¿Tienes sueño, pequeño hombre?

Las palabras dulces de su madre le contrajeron un poco su corazón e hizo un puchero como si fuera aún un niño que necesitaba que lo consintiera un poco. No podía evitar sentirse de esa manera.

—Sólo un poco. —dijo Gulf, recargando su cabeza en el hombro de ella por unos momentos, sintió la mano de su mamá dar suaves palmaditas sobre su mejilla. Eso le reconfortó un poco. No se quejaba de tener tanto trabajo, al contrario, le alegraba y le hacía amar más su cama cuando por fin llegaba a su casa.

El camino se le hizo bastante largo o quizás no sintió realmente el tiempo que le tomó llegar por estar sumergido en sus pensamientos. Lo primero que hizo al llegar a su habitación fue quitarse la camisa y los pantalones quedando en bóxer. Era una costumbre suya, se sentó con pesar en la cama y miró la fotografía que estaba a un lado de su cama. Su mirada se perdió un poco en las sonrisas tan amplias que tenían esas dos personas, sentía un poco de nostalgia de esos días en los que se veían todos los días. ¿No era normal pasar por ese estado, incluso para alguien tan introvertido como él? Y es que no simplemente sus momentos laborales habían disminuido, sino también los sentimentales.

Negó fuertemente con la cabeza para dejar de tener ese tipo de pensamientos. Cada que le preguntaban acerca de su relación, él siempre contestaba sin dudar: "Sigue siendo la misma". Sus respuestas eran tan seguras, que no dudaría nadie en creer en esto... pero Gulf se preguntaba sino lo hacía para convencerse a sí mismo si realmente seguía siendo lo mismo. Tomó su celular mirando el número de Mew, no podía marcarle nada más de repente, ¿qué excusa tendría para él? ¿quiero escuchar tu voz? ¿quiero verte? ¿te extraño?

Tan infantil.

Su labio inferior tembló un poco con estas absurdas ideas, y decidió hacer lo que era mejor, ir a tomar un baño para enfriar sus pensamientos. Cuando salió del baño, se recostó en su cama extendió su mano a aquella princesa conejita y la abrazó por un momento. Gulf sentía que estaba tan sola como él en ese momento...

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